martes, 6 de septiembre de 2011

El nombre del viento; de Patrick Rothfuss

"-Es una palabra. Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros. Existen siete palabras que harán que una persona te ame. Existen diez palabras que minarán la más poderosa voluntad de un hombre. Pero una palabra no es más que la representación de un fuego. Un nombre es el fuego en sí.
Estaba muy confuso.
-Sigo sin comprender.
Elodin me puso una mano en el hombro.
-Utilizar palabras para hablar de palabras es como utilizar un lápiz para hacer un dibujo de ese lápiz sobre el mismo lápiz. Imposible. Desconcertante. Frustrante.- Alzó ambas manos por encima de la cabeza, como si tratara de tocar el cielo-. ¡Pero hay otras formas de entender!- gritó riendo como un niño pequeño. Alzó ambos brazos hacia el cielo sin nubes, sin dejar de reír-. ¡Mira!- gritó echando la cabeza hacia atrás-. ¡Azul! ¡Azul! ¡Azul!"

SINOPSIS
“Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron.”
En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.
Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.
Y por fin, tras años esperando en las estanterías, cayó. 

Sentía especial curiosidad por este libro desde que vi la portada, hace mucho, mucho tiempo. (Hay que saber que ciertas portadas ejercen una irresistible atracción en mi persona que me impulsa a coger el libro que adornan.) Pero no fue hasta que mi padre decidió usarlo como regalo para mi madre (eso hace que, desgraciadamente, el libro no sea mío) que ocupó su espacio en la librería del hogar. 

Su sinopsis, unida a ciertas frases que aparecían en la solapa (en concreto, una en la que aparecía la palabra "magia"), y todo ello mezclado con el hecho de que a mi madre le gustó, terminaron de desconcertarme. Mi mamá no lee literatura fantástica. No le gusta. Entonces, ¿qué narices contiene ese libro? Un libro cuya portada me había atraído, pero cuya sinopsis no me había terminado de convencer en un principio (me imaginaba algo bastante distinto a lo que he encontrado), se convirtió en el libro misterioso de la estantería. Y, como todo lo misterioso, terminó de atraerme hacia él. Y lo leí.



Cosas que he aprendido con El nombre del viento: ahora sé que no es que a mi madre no le guste la literatura fantástica, sino algo distinto: ella dice que no le gusta, pero no es cierto. Lo que no sé es si seguirá diciendo lo mismo, ahora. Todo esto me ha hecho replantearme mi existencia. ¿Sería posible llegar a convencer a mi madre de que leyera... mmm al menos Juego de Tronos? De cualquier forma, dejemos ese interrogante para otro momento, y vayamos al grano.

La cita con la que he comenzado esta entrada: es uno de los varios fragmentos del libro que me han embrujado. Tal vez no el que más, pero al final lo consideré el más apropiado para mostraros, por varias razones:
a) Contiene una idea que me ha rondado muchas veces la cabeza, en especial cuando me siento frustrada al no conseguir algo que deseo, algo que otra persona puede darme. Han sido varias las veces que, soñadora, he imaginado que seguramente existieran las palabras para lograrlo. Una especie de fórmula mágica compuesta de la combinación de palabras perfecta y precisa. Una frase, cualquiera, la más lógica o la más absurda, que lograra que alguien hiciera o sintiera lo que yo quisiera. ¿Por qué no? Y parece que, al menos, uno de los personajes de esta historia está de acuerdo conmigo.
b) Elodin. El nombre se parece a Aladino y Aladino tiene turbante. Tal vez por eso (y porque es profesor) el personaje me recuerde al profesor Quirrell, de Harry Potter. De otro modo, no tiene explicación alguna. Y también tiene un cierto aire de , que lo sepáis. Y, por todo ello y por su extravagancia, Elodin es uno de mis personajes favoritos de esta historia. Hay más personajes extravagantes, pero con este he pasado momentos deliciosos. Me atrevería a decir que los más deliciosos. 

El nivel de atracción que ejerce sobre el lector el devenir de los acontecimientos narrados: tiene altibajos. Personalmente, no es un libro que me haya atrapado desde el principio. También es cierto que pocos lo hacen. Pero recién comenzado, en los primeros capítulos, aún no se hacía merecedor de todos los elogios que sobre él se habían hecho. Le faltaba algo. Ello hizo, incluso, que navegara por la web en busca de opiniones que me animaran a seguir. ¡No! En absoluto pensé en dejarlo, no era tan terrorífico. Simplemente, quería saber que verdaderamente ese libro, tarde o temprano, me daría lo que esperaba de él. Y poco a poco, lo hizo. Llegó un momento en que verdaderamente me enganchó. Y luego volvió a decaer (no mucho), y luego otra vez se hizo atrapante. Así,  más o menos, en resumen: como una ola.

La prosa, la narración: original. Según iba leyendo, notaba que no era igual que otros libros. En las formas de expresarse, o de crear expectación: creo que Rothfuss tiene una forma peculiar de combinar palabras y frases. Me gusta, porque es distinto. Lo que pasa es que la prosa, en general ágil, se me antojaba más elegante en algunos pasajes que en otros, donde parecía un poco más "vulgar". Y no está del todo mal, pero entre eso y que decae en algunas zonas le ha quitado puntos. Tal vez esté siendo un poco estricta, pero es lo que tiene hablar de un libro que tiene colocado el listón tan alto desde el principio. 
En cuanto a los tiempos verbales, utiliza el presente desde el punto de vista de un narrador omnisciente, pero en los capítulos donde el protagonista relata su vida pasada, pasa a primera persona. Ello se traduce a que la mayor parte de los capítulos se narran en primera persona, habiendo pequeños descansos en los que volvemos al presente y vemos como los oyentes de Kvothe reaccionan a sus aventuras. El hecho proporciona  una oportunidad interesante al escritor de jugar a que sus propios personajes se hagan eco del pensamiento del lector. 
Es el propio Kvothe, de hecho, el que pone fin a El nombre del viento y nos prepara para lo que se avecina en el siguiente volumen, El temor de un hombre sabio. El segundo día de los tres en que él tiene planeado relatar su historia...

Aquí os dejo la valoración; dudaba entre 4 y 5, pero finalmente lo he dejado en 4, a la espera de que el autor tenga ocasión de superarse y demostrar lo que vale en el siguiente tomo. 




4 comentarios:

  1. No me cansaré de decir que es uno de los mejores libros que he leído últimamente.
    Me encanta todo!!!
    Desde la historia, la ambientación, los personajes llenos de carisma, el protagonista... Me sorprendió muy gratamente en su día! =)

    Y deseando que salga la segunda parte!!!

    Besotes

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  2. Yo hace meses que quiero leerlo pero aun no le he encontrado un hueco. Creo que tal vez el mes que viene pueda hacerlo (espero!) Un beso

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  3. Hola!!

    Estoy deseando leer este libro, a ver si aumenta mi economía y me lo compro.

    Muy interesante tu blog te sigo!

    Un saludo! =D

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  4. ¿Puedes creer que lo abandoné porque no me gustaba nada? me aburría, pero me insistieron en que le diese otra oportunidad, que me había quedado a las puertas de lo mejor, y ahí estoy, devorándolo porque me está encantando.

    ¡Un saludo!

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