Tintín. Esos cómics con evocador olor a antiguo, que no hubiese descubierto de no ser porque mi papá los guardaba. No empatizarán tanto con esta entrada aquellos que no lo hayan acompañado alguna vez en sus aventuras, pero tenía que hacerlo. Y es que este vídeo que os traigo ha conseguido comprimir, en poco más de un minuto, toda esa miríada de peripecias, de caras, de sensaciones, de misterios... Si Tintín, ahora vivo en nuestro recuerdo y en las páginas de esos libros, tuviera que morir, serían tal vez estas imágenes las que viera en sus últimos momentos... Vería pasar su vida en 1 minuto.
Me encanta este vídeo, además, por su música, que también contribuye a despertar en mi memoria recuerdos largamente escondidos. Y qué bonito es ver la luna y el cohete, y la seta con manchitas rojas que tan misteriosa me parecía cuando la veía dibujada en los cómics, y tantas otras cosas cuyo nombre no recuerdo pero cuya imagen aún me huele a infancia.
Aunque he olvidado los detalles de sus aventuras, aún recuerdo que El secreto del Unicornio fue una de las mejores. La que me dejó con más bonitas sensaciones... y con pena por no poder leer más. Qué ganas de ver la película, y qué bien que tenga precisamente ese título.
Encuentra lo que se esconde
domingo, 23 de octubre de 2011
viernes, 21 de octubre de 2011
El juego de Ender; de Orson Scott Card
"-[...]He tardado mucho tiempo en darme cuenta de ello, pero créeme, me odiaba, me odio. y todo se reduce a esto: en el momento en que entiendo verdaderamente a mi enemigo, en el momento en que le entiendo lo suficientemente bien como para derrotarle, entonces, en ese preciso instante, también le quiero. Creo que es imposible entender realmente a alguien, saber lo que quiere, saber lo que cree, y no amarle como se ama a sí mismo. Y entonces, en ese preciso momento, cuando le quiero...
-Le vences.
Por un momento, no tuvo miedo de que la entendiera.
-No, no lo entiendes. Le destruyo. Hago que le resulte imposible volver a hacerme daño. Lo trituro más y más hasta que no existe."
-Le vences.
Por un momento, no tuvo miedo de que la entendiera.
-No, no lo entiendes. Le destruyo. Hago que le resulte imposible volver a hacerme daño. Lo trituro más y más hasta que no existe."
Por fin, os traigo una nueva lectura. Y esta es una que ofrece lo que promete. No es una obra maravillosa, pero me ha servido fielmente en mis rutinarios momentos de viaje en metro.
La única pega que se me ocurre ponerle al libro se refiere a aspectos formales: no me entusiasma el lenguaje en que está escrito. Se me antoja simple, e incluso a veces con alguna pequeña falta gramatical (que supongo se deberá a la traducción, claro). Aunque no siempre lo simple es malo: así es fácil de leer y sencillo de entender.
Por lo demás, como ya he dicho, es un fiel compañero de viaje y, como creo recordar que prometía su cubierta (ya no tengo el libro en mis manos, pues fue una amiga quien me lo prestó), ahonda en el aspecto psicológico del protagonista.
La trama principal se centra en el entrenamiento de un "soldado del futuro", del soldado perfecto, destinado a salvar a la humanidad en su lucha interplanetaria contra otra raza de seres vivos llamados los "insectores". Ender es, evidentemente, ese soldado perfecto. Al menos, es lo que todos esperan que sea, aunque él no lo tenga del todo claro. Ender es llevado al límite de sus capacidades, hasta que llega un momento en que parece estar a punto de "explotar". ¿Se le exige más de lo que puede dar? ¿Puede dar más de lo que se le exige?
Al inicio de cada capítulo el lector asiste a una conversación privada donde los superiores de Ender conspiran acerca de como moldearlo de la mejor manera para obtener lo que necesitan. Ender no es más que una marioneta en sus manos, aunque el niño (de apenas 8 años al comienzo de la historia) intente evitarlo. (Llegados a este punto, algo que me ha resultado muy difícil es imaginarme batallones de soldados en edad infantil.)
El transcurso de la historia es uniformemente interesante, sin dejar de entretener en ningún instante, pero sí es cierto que algo predecible. A pesar de ello, no pierde fuerza. Y, cuando parece que todo se acaba, cuando se tiene la sensación de que va a quedar un final abierto y poco emocionante, es cuando viene lo mejor: el desenlace. Predecible o no (en mi caso lo fue), me gustó. Con momentos emotivos y también una dosis de bonitas frases (que es de lo que más estaba echando en falta). Da que pensar, y no digo en qué... dejo que lo descubráis vosotros mismos si os atrevéis.
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