"Cámara lenta, extiendo los brazos y tal como me
siento es la forma en que siempre he querido sentirme aunque no lo sabía. Es tal
como se siente el océano, rizándose rizándose, la razón por la que a los
pájaros les gusta tanto volar."
Cuando uno se va de viaje quiere que todo salga bien: que el avión llegue puntual, no olvidarse nada en casa, que el hotel resulte lo que esperaba, no perder sus pertenencias en el camino, no hacerse un esguince el primer día... Pero, en ocasiones, son ese tipo de obstáculos que nos encontramos en el camino los que hacen que el viaje quede en nuestra memoria como uno de los recordados con más nostalgia. Momentos que nos hicieron sufrir pasan a ser anécdotas que contar y con las que reír, dándose uno cuenta de que el viaje no hubiese sido lo mismo sin ellos.
Esa reflexión está basada en experiencias reales que espero que vosotros también hayáis tenido, porque me sirven como perfecta analogía para explicar lo que he vivido durante los cuatro meses que me ha durado la lectura de La ciudad de los cazadores tímidos. Y es algo difícil de explicar.
Aprovecho para dar paso a esta oportuna intervención de Ruby, uno de los personajes de la novela:
A mí me ha resultado inevitable enamorarme de esa forma de escribir. Esos diálogos sin guiones son diálogos libres y vivos, espontáneos. Después están las expresiones y frases que utiliza como "estribillo" de la novela, incluyéndolas repetidamente en las situaciones, de manera que sabes, por ejemplo, cuándo un personaje siente lo mismo que sintió cuando le pasó aquello otro.
En cuanto a la historia, nos sumerge de lleno, muy de lleno, en el Nueva York de los años 80, durante la epidemia del SIDA. Es todo muy americano. Yo no conozco Nueva York, y menos el de esos años, pero me he sentido envuelta por el ambiente algo oscuro, entre homosexuales y drag queens. Jamás me hubiera visto leyendo un libro de esta temática, no me va nada ese ambiente, lo hubiera rechazado automáticamente. Por fortuna, La ciudad de los cazadores tímidos entró por la puerta grande, era un recomendado, un VIB (Very Important Book).
Will es un joven que llega desde Idaho a NY, donde empieza a trabajar de camarero. Para adaptarse a la vida en la gran urbe se vale de los consejos de sus amigos: lo más importante es poner cara de "jódete y cáete muerto". Hay que ser duro para sobrevivir en NY. Pero Will no viene a ser duro, Will es un chico muy sensible, y si está allí es solo para una cosa: encontrar a alguien a quien echa de menos. En medio de su búsqueda va conociendo a los personajes que quizá sean el alma de la novela: Fiona, Ruby, Rose y Tiro Acertado.
Por otro lado, está la parte que narra la vida de Will en el rancho (creo que se puede llamar así) cuando era niño, con su padre, su madre, su hermana Bobbie, su amigo Charlie2Lunas, sus caballos. Esta vertiente de la novela es con la que más he disfrutado y la que menos extensión tiene. Bobbie es un personaje que me ha parecido excelente (me recordaba un poco a George de los libros de Los cinco). La relación que establece Will con ella y con Charlie, así como el ambiente familiar, llevan a una serie de situaciones que desembocan en un punto culmen, la clave de todo. Y es una desembocadura magistral; para mí, el verdadero final de la novela (aunque después quede más por leer).
Cuando uno se va de viaje quiere que todo salga bien: que el avión llegue puntual, no olvidarse nada en casa, que el hotel resulte lo que esperaba, no perder sus pertenencias en el camino, no hacerse un esguince el primer día... Pero, en ocasiones, son ese tipo de obstáculos que nos encontramos en el camino los que hacen que el viaje quede en nuestra memoria como uno de los recordados con más nostalgia. Momentos que nos hicieron sufrir pasan a ser anécdotas que contar y con las que reír, dándose uno cuenta de que el viaje no hubiese sido lo mismo sin ellos.
Esa reflexión está basada en experiencias reales que espero que vosotros también hayáis tenido, porque me sirven como perfecta analogía para explicar lo que he vivido durante los cuatro meses que me ha durado la lectura de La ciudad de los cazadores tímidos. Y es algo difícil de explicar.
Aprovecho para dar paso a esta oportuna intervención de Ruby, uno de los personajes de la novela:
Claro, dijo Ruby. Es como cuando viajas y te pones el chip del viaje, ¿vale? Vas sólo con lo que va a pasar después -el coche de alquiler, el próximo restaurante, dónde vas a parar a orinar-, dejas que las cosas te vengan como te vienen. Pero, ¿por qué esperar a viajar para meterte el chip del viaje? ¿Por qué no vives la vida con el chip del viaje? La vida ocurre así, quieras o no, tío. Mejor probarlo.El chip del viaje es la clave, dijo Ruby.Pequeñas cosas como esa eran las que me hacían pensar que merecía mucho la pena seguir leyendo, pese a que otras veces me atascara entre letras que, quizá, se me hacían repetitivas o, quizá, me parecía que contaban hechos que poco me importaban. En realidad hay pocos hechos realmente trascendentes en esta novela, lo cual no quiere decir que no los haya, sino que están diluidos en un buen puñado de páginas. Lo que ocurre es que Tom Spanbauer SABE NARRAR. Sabe hacer trascendente algo que no lo es, y además sabe hacerlo sin ninguna floritura, dejando caer las cosas con una cadencia precisa que pulsa las teclas de tu sensibilidad en el orden necesario para provocarte ternura, pena, amor o alegría de vivir, según desee.
A mí me ha resultado inevitable enamorarme de esa forma de escribir. Esos diálogos sin guiones son diálogos libres y vivos, espontáneos. Después están las expresiones y frases que utiliza como "estribillo" de la novela, incluyéndolas repetidamente en las situaciones, de manera que sabes, por ejemplo, cuándo un personaje siente lo mismo que sintió cuando le pasó aquello otro.
En cuanto a la historia, nos sumerge de lleno, muy de lleno, en el Nueva York de los años 80, durante la epidemia del SIDA. Es todo muy americano. Yo no conozco Nueva York, y menos el de esos años, pero me he sentido envuelta por el ambiente algo oscuro, entre homosexuales y drag queens. Jamás me hubiera visto leyendo un libro de esta temática, no me va nada ese ambiente, lo hubiera rechazado automáticamente. Por fortuna, La ciudad de los cazadores tímidos entró por la puerta grande, era un recomendado, un VIB (Very Important Book).
Will es un joven que llega desde Idaho a NY, donde empieza a trabajar de camarero. Para adaptarse a la vida en la gran urbe se vale de los consejos de sus amigos: lo más importante es poner cara de "jódete y cáete muerto". Hay que ser duro para sobrevivir en NY. Pero Will no viene a ser duro, Will es un chico muy sensible, y si está allí es solo para una cosa: encontrar a alguien a quien echa de menos. En medio de su búsqueda va conociendo a los personajes que quizá sean el alma de la novela: Fiona, Ruby, Rose y Tiro Acertado.
Por otro lado, está la parte que narra la vida de Will en el rancho (creo que se puede llamar así) cuando era niño, con su padre, su madre, su hermana Bobbie, su amigo Charlie2Lunas, sus caballos. Esta vertiente de la novela es con la que más he disfrutado y la que menos extensión tiene. Bobbie es un personaje que me ha parecido excelente (me recordaba un poco a George de los libros de Los cinco). La relación que establece Will con ella y con Charlie, así como el ambiente familiar, llevan a una serie de situaciones que desembocan en un punto culmen, la clave de todo. Y es una desembocadura magistral; para mí, el verdadero final de la novela (aunque después quede más por leer).
Tienes una hermana de armas tomar, dijo Charlie.Fiona, Ruby, Rose y Tiro Acertado. El alma de la novela. Fiona es compañera de trabajo, y Ruby, Rose y Tiro Acertado son... Me costó unas cuantas páginas enterarme de eso. Incluso, en algunos casos, saber si eran mujeres u hombres. Drag queens, drogadictos, indios, negros descomunales... Imaginármelos físicamente, creo que no lo llegué a conseguir del todo. Son personajes complejos que se me resistían, personajes con los que no tengo apenas puntos en común, personajes de los que hubiera huido en la vida real. Pero Spanbauer me los ha acercado despacio, para que no me asustara, y me ha mostrado que incluso ellos tienen cosas en común conmigo, y que son personas (aunque la sociedad los condene). Todo el mundo puede ser "encantador", al menos tener un gesto o una parte del cuerpo encantadora. Yo creo que para Will es así. Yo creo que él no se fija en la parte de fuera, porque si así fuera, no haría las cosas que hace por sus amigos. Por eso puede decirse que La ciudad de los cazadores tímidos va de amor, pero en su sentido más amplio. Hay escenas que desprenden amor puro, hay sexo explícito también, pero incluso ese sexo emana amor y ternura; fue en una de esas escenas donde algo eléctrico me recorrió, se me abrieron los ojos como platos y empecé a pensar que, verdaderamente, Spanbauer era un artista del lenguaje.
Es lesbiana, dije.
Luego: ¿Qué es una lesbiana?, dije, y me arrimé.
Una lesbiana es una mujer, dijo Charlie. Pero en realidad no es una mujer. Es un hombre con el poder de absorber la polla y las pelotas para dentro y sacar para fuera el pecho hasta que le salgan tetas.
¿Te has inventado eso?, dije.
No, dijo Charlie. Es verdad.
Ratones en la paja, una racha de viento en la pizarra del tejado del establo.
¿También ocurre al revés?, dije.
¿Qué revés?, dijo Charlie.
¿Puede una mujer, dije, tener el poder de sacar la pipa fuera para que le salga una polla y absorber las tetas para dentro?
Tiene que haber algo que falla, dijo Rose, algo un poco raro para que encuentre sexy a un hombre. Una especie de cicatriz o una grieta o un ojo a la virulé, algo roto en él que se está reparando o que trata de tapar.Es difícil decidirse entre recomendar o no un libro así. Tanto el inicio como el final son extraños; hay detalles de la historia cuyo sentido no he llegado a entender. Para mí ha merecido la pena, y ya estoy en trámites para conseguir otro libro de Spanbauer, porque sabe transmitir como nadie con las palabras. Quizá la temática no haya conectado del todo conmigo, o le sobren unas cuantas páginas, pero es que tiene escenas con tanta fuerza...
3,5
¡Hola!
ResponderEliminarQué buena reseña. No he leído el libro, ni siquiera conocía su título (que por cierto, me ha parecido bonito, leería el libro solo por eso), pero me has transmitido ese aura oscura que dices que tiene la novela, me ha intrigado bastante. No descarto leerla. Aunque creo que yo también huiría de algunas de esas personas si me las encontrase en un callejón xD
¡Gracias por compartirlo! Nos leemos :)
No lo conocía ni me sonaba, así que muchas gracias por la reseña!
ResponderEliminarHabrá que echarle un ojo =)
Besotes
No lo conocía pero creo que de momento no me animaré con él, aunque tampoco lo descarto totalmente porque algunos aspectos que has señalado me han resultado interesantes
ResponderEliminarBesos
Estaba pendiente de esta reseña, que me tenías en vilo... ¡Cuatro meses! ¿por qué tanto?. La reseña es magnífica y creo que me queda claro tus sensaciones y también el lenguaje utilizado por Spanbauer. Me lo llevo Vib sin pensarlo dos veces (ya lo fiché cuando me lo mencionaste), hay algo que es clave: ese Will que no se fija en lo exterior, pero capaz (intuyo) de ser tremendamente fiel a sus amigos. El amor en sentido amplio de la palabra, supongo que el amor a los amigos.
ResponderEliminarMe lo llevo Caminante. Gracias y un abrazo!
No me has convencido mucho. No llega a ser del todo de mi estilo
ResponderEliminarPor un lado me atrae y por otro no...quizá un libro demasiado extraño para mi.
ResponderEliminarUn beso!
Wow. Menuda reseña. Casi me da igual el estilo, esas frases para el recuerdo... Lo más importante es ese viaje de cuatro meses que has recorrido con el lubro y del que has vuelto en cierto modo diferente, que ya no seas la misma. Que te codees con personajes imposibles en la vida real, con lugares y situaciones alejadas de tu cotidianeidad, que los vivas y los sientas y acabes entendiendo... Esa es la magia de la buena literatura.
ResponderEliminarUn abrazo bien fuerte,
Pues la verdad es que he tenido altibajos con tu magnífica reseña y no sé si este libro será para mí:hay cosas que me interesan, pero otras me echan para atrás... Así que me quedo en stand by. 1beso!
ResponderEliminarUna reseña estupenda. Poco o nada dejas para añadir. Salvo quizás comentarte que me encantan sus frases, su formas de expresar y sus sutilizas dispersas en el texto.
ResponderEliminarBesos
@Inés Mármol Hola Inés, gracias por pasarte. El título llama la atención, ¿a que sí? Como decía la novela no la recomendaría sin reservas, porque es un poco particular. Pero si te animas nos cuentas. Besos!
ResponderEliminar@Shorby Échale un buen ojo y, si decides que te gusta, a por él. Besos!
@Tatty Es un poquito raro, no es una lectura fácil, pero tiene su encanto cuando te haces a él. Besos!
@Ana Blasfuemia Pues cuatro meses porque es muy largo, que son más de 600 y para mí eso, con lo lenta que soy, es mucho libro :P Pero bueno, también porque me he atascado un poco, como decía. Al final me di cuenta de que leyendo poco a poco lo toleraba mejor.
Will es un buenazo, no sé si existirá gente así por el mundo. Supongo que por eso tiene amigos tan variados y peculiares...
Estaré deseosa de leer tu punto de vista si te animas (cruzo los dedos por que te guste =) ) ¡Un abrazo!
@albanta Te entiendo, no es una novela para recomendar a ciegas.
@Lesincele Para ti y para bastante gente, supongo. Hasta para mi. Aunque como me gusta lo raro...jaja Besos!
@Carmen Forján Has dado en el clavo, Carmen. No hubiera descrito mejor esa magia. Aunque no ha sido un camino de rosas, eso lo ha hecho más interesante y, sin que me diera cuenta, me he ido acercando a los personajes y a la novela de tal forma que no se me olvidará fácilmente. Creo que no la releería entera, pero lo que no puedo parar de releer son algunas citas que he sacado de ella. ¡Un abrazo!
@Tizire jaja Normal... No he sido nada clara, lo sé. Pero es que a mí también la lectura me ha generado altibajos, aunque vista desde la distancia me queda buen sabor. Pero es muy particular, siempre puedes echarle un vistazo para decidirte. Un beso!
@Mientras Leo Gracias Mientrasleo. Sí que es cierto, el texto está cuidado al detalle, lleno de expresiones muy particulares, algunas de las cuales todavía se cuelan de vez en cuando en mi vocabulario o en mi pensamiento. Un beso!