"Ansset se puso a cantar de nuevo, con un tono tranquilizador, pero Kya-Kya se puso en pie de un salto y retrocedió.
-¡Otra vez no! ¡No me engañarás de nuevo! ¡Cántale a las piedras y hazlas llorar, pero no me engañarás otra vez!
Salió corriendo de la habitación, cerrando la puerta de golpe, y dejando atrás la canción del niño, su rostro vacío. Ansset era un monstruo, no había nada real en él, y Kya-Kya lo odiaba.
Pero al mismo tiempo recordaba su canción y le amaba, y ansiaba regresar a su celda para oírle cantar eternamente."
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SINOPSIS
Secuestrado a muy temprana edad, el joven Ansset ha sido educado en el aislamiento de la Casa del Canto. Su vida es la música y la canción. Su voz posee cualidades nunca oídas antes. Su arte puede reflejar las esperanzas y los miedos de su audiencia y, amplificando las emociones que inspira, puede incluso servir para sanar. Aunque también para destruir… Ansset se convertirá en Pájaro Cantor de Mikal el Terrible, el emperador de la galaxia, pero deberá demostrar su capacidad para calmar con sus canciones la conciencia atormentada del temible gobernante.
Una sobrecogedora historia de poder y de amor. La saga de formación de un artista y su educación sentimental y política. Una vida trágica y gloriosa, narrada con la mano experta en el tratamiento de sentimientos y emociones que le han valido a su autor los premios Hugo y Nébula por El juego de Ender y La voz de los muertos.
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Después de la lectura de El juego de Ender, hace ya varios años, no me quedaron ganas de seguir con las aventuras de este personaje en La voz de los muertos y el resto de novelas de la saga. Pensé que era un buen final para las aventuras de este niño obligado a madurar antes de tiempo y que no merecía la pena darle más vueltas, porque eso sólo serviría para cansarme de una historia que, aunque bien contada, no había terminado de seducirme. (Excluyendo su impactante final.) No obstante, cuando buscando un libro para regalar me encontré con esta novela menos conocida Orson Scott Card, la sinopsis me pareció tan atractiva que, una vez conocida la sentencia positiva de su dueña y primera lectora, quise acercarme a él.
Pese a que no tengo El juego de Ender fresco en la memoria, es inevitable encontrar paralelismos entre este Maestro cantor y la obra más conocida del escritor. El protagonista, Ansset, es un nuevo Ender, o tal vez fue al revés, pues esta obra se publicó seis años antes de que el famoso personaje viese la luz. Tanto uno como otro son niños que se ven obligados a dar lo mejor de sí mismos demasiado pronto, a dejar de lado sus deseos más espontáneos para hacer frente a un destino que se les presenta en forma de una gran responsabilidad: salvar a la humanidad de la invasión extraterrestre en un caso, mantenerla pacíficamente unida en otro.
-Es un lugar lleno de orgullo -dijo Ansset.
-¿Qué, la Tierra? -preguntó Riktors Ashen.
-¿Qué he visto de la Tierra?
-Todo el planeta es así. Mikal no diseñó esta ciudad, ¿sabes? Fue un regalo.
-¿El planeta entero es así de hermoso?
-No. Altivo. Con la nariz al aire. La gente de la Tierra está muy orgullosa de ser el "centro de la humanidad". El corazón, vaya tontería. En el margen, eso es lo que son, y un margen loco, si quieres saber mi opinión. Se aferran a sus insignificantes identidades nacionales como si fueran religiones. Es un lugar terrible para una capital... este planeta está más fragmentado que el resto de la galaxia. Hay incluso movimientos independentistas.
-¿Para independizarse de qué?
-De Mikal. De su planeta capital, y piensan que sólo una porción del planeta debería librarse de él -rió Riktors.
Ansset estaba completamente sorprendido.
-¿Pero cómo pueden dividirlo? ¿Pueden coger un trozo del planeta y llevarlo al espacio? ¿Cómo pueden ser independientes?
-Eso mismo pienso yo.
Orson Scott Card construye a sus personajes desde dentro, intentando otorgar de sentido emocional a sus acciones, explorando hasta las entrañas los porqués de su forma de ser.
Me ha gustado mucho más el entorno en el que se desarrolla esta novela si se compara con la sensación claustrofóbica que transmitía El juego de Ender. Ya no son habitáculos cerrados flotando en el espacio, sino que el mundo se abre ante nosotros en forma de diversidad de paisajes y ciudades, de un universo entero lleno de planetas y ciudades que descubrir, aunque sólo visitemos con la imaginación un número reducido de estos lugares. Hay más naturaleza y no tanta maquinaria espacial, y eso me ha acercado más a la historia.
Todo el universo está gobernado por el emperador Mikal. Mikal reúne un amalgama de cualidades (ambición, sensibilidad, crueldad, amor) en unas proporciones tan perfectas que le han permitido obtener y conservar su puesto de poder y mantener a la Humanidad unida y "en paz".
La Casa del Canto, en el pequeño planeta de Tew, mantiene cierta independencia respecto al gobierno del emperador. Se trata de una institución que enseña a sus alumnos a cantar hasta convertirlos en Pájaros Cantores, seres con un increíble talento para comunicarse a través de melodías. Una vez formados, los Pájaros Cantores pueden ser adquiridos temporalmente por la gente de toda la galaxia, pero sólo si la Casa del Canto considera que son capaces de apreciarlos.
Lo de cantar suena muy simple, pero no es así. Me ha parecido un aspecto muy original y el mayor atractivo de esta novela. Los alumnos entrenados en la Casa del Canto son en su mayoría niños, algunos de ellos huérfanos que son acogidos y cuidados allí a lo largo de su vida. Los Maestros Cantores y sus alumnos se comunican a través de la música. Cuando alguien habla, no "dice", sino que "canta". Saben imprimir a sus palabras el ritmo adecuado para transmitir algo que va más allá de las mismas. O saben hablar sin palabras, tan solo desnudando su alma a través de melodías, aunque ese sea un arte difícil de dominar.
Y por supuesto, Ansset es el héroe, y como tal posee cualidades espectaculares. Quizá un tópico que se permite Orson Scott Card, igual que hará con Ender. Pero ambos personajes sufren una evolución; la evolución de Ansset desde el principio hasta el final de Maestro cantor es clara y el camino que recorre entre la multitud de personajes que pueblan la novela es largo, sinuoso y repleto de sentimientos. La palabra amor en su sentido más amplio flota sobre las letras desde la primera a la última página.
Oh, Ansset, eres un maestro, pensó Esste, pero también advirtió cosas que no había percibido con anterioridad: cómo su rostro se mostraba impasible antes y después de cantar: cómo su cuerpo permanecía rígido, concentrándose en conseguir el tono preciso. Nos manipula, pensó Esste. Nos manipula pero no lo hace ni con la mitad de perfección con que se manipula a sí mismo. Advirtió cómo el niño percibía la más mínima agitación, cada mirada del público, cómo se nutría de ella y la devolvía multiplicada por cien. Ansset es un espejo que amplifica, pensó Esste. Eres un espejo que amplía, tomando el amor que recibes y lo devuelves con más fuerza que antes, pero sin nada de dentro de ti. No eres completo.
Las relaciones que se establecen entre unos personajes y otros son cambiantes y llenas de matices. A veces, como en la vida real, no del todo definidas. Ansset es un niño que se va modelando a base de las presiones del entorno. Su maestra Esste será la encargada de manejar esas presiones de forma que no san demasiado fuertes y hagan de Ansset un ser artificial, desprovisto de su propia humanidad. Las canciones de Ansset pronto se hacen famosas por su capacidad para reflejar las inquietudes y anhelos de los demás, pero parece claro que el pequeño ha enterrado sus propias emociones muy dentro de sí mismo. Puede controlar las de los demás, pero corre el peligro de ahogarse dentro de sí, en el pozo profundo de su Control.
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De errata a errata y tiro porque me toca |
Casi se me olvida una pega muy gorda. Pero no es culpa de Card, sino de quien sea que haya editado este libro. Porque me ha parecido vergonzosa la cantidad de erratas absurdas que lo pueblan. Pero no erratas de no saber escribir, sino erratas de palabras juntas de debieran ir separadas, separadas que debieran ir juntas, cambios de letras dentro de palabras (de manera que la palabra la tienes que imaginar), comas por puntos, incluso cambios de letras por números (en vez de poner "lo", ponía "10"). Un auténtico jeroglífico cuya razón de ser no me explico. Pareciera que todo fuese fruto de una máquina en vez de un ser humano. Será que querían llevar la Ciencia Ficción al límite.
Maestro Cantor es una novela compleja en cuanto a contenido pero de lectura sencilla y bastante adictiva. Últimamente es difícil que una novela capte mi atención desde el principio, y esta lo ha hecho desde el prólogo, si bien es verdad que iba inflándose y desinflándose y que esperaba algo más del final, después de la gran sorpresa que me llevé con el de El juego de Ender. Al final he disfrutado más del camino que de la meta. Ha sido uno diferente a los que había recorrido hasta ahora.