En un plisplas me leí Lo que encontré bajo el sofá. Todo un récord tratándose de mí, que últimamente suelen durarme semanas. Pues ésta, cayó en tres días. Eso es algo bueno, y en general me llevo el recuerdo de una buena lectura, pero no de una lectura que vaya a recordar mucho tiempo. Es decir, que después de todas las fantásticas opiniones que había leído pensaba que me iba a dejar más huella, que no sólo iba a tratarse de una novela entretenida y fácil de leer.
Lo que sí que he podido llegar a entender es ese afán por conocer Toledo que se despertó en la mayoría de los lectores. Estuve en Toledo poco antes de leer la novela y aún así sentí ganas de volver y fijarme en los detalles en los que no había reparado. Lo mío fue una visita rápida, pero Lo que encontré bajo el sofá es a veces la transcripción de una visita guiada entre rincones y leyendas. Dan ganas de regresar a buscarlos, de hacer la visita de noche para comprobar si de verdad es más mágico. Me he acordado mucho durante la lectura de El coleccionista de relojes extraordinarios de Laura Gallego, del cual no recuerdo nada la trama pero sí me dejó grabada la imagen de una ciudad laberíntica y medio fantástica, y curiosamente, como en la novela de Eloy, también aparecían relojes como elemento importante.
Eloy escribe de forma sencilla pero con gran sensibilidad, a base de escenas cortas que se van intercalando, y con alguna que otra frase para pensar o para sorprenderse escondida entre las letras.
Me ha gustado ese caleidoscopio de vidas que refleja el autor. Pese a centrarse en dos o tres protagonistas de edades variadas, en el texto se incorporan brochazos de otras existencias que se desarrollan al mismo tiempo en lugares más o menos próximos, asomándonos a las ventanas de los edificios para penetrar en las privacidades de hombres y mujeres, adultos y niños, que llevan a cabo actos de diversa moralidad.
El argumento se apoya en temas de actualidad; hay mucha reivindicación relacionada con la situación de España, especialmente con la corrupción a todos los niveles de la sociedad. No es algo que haya hecho menos interesante o más pesada la lectura, pero sí que me he planteado si no era suficiente con todo lo que leemos ya en las redes sociales como para además encontrarte con ello en una novela, que suele leerse para desconectar. Dejando de lado la novela, a veces me cansa tanta negatividad por todas partes.
Es divertido leer historias sin saber exactamente lo que vas a encontrar. Esas sinopsis que dicen mucho sin decir nada. Ahora estoy con una que me está dejando del revés con su argumento (lo cual me encanta). Debajo del sofá he encontrado aproximadamente lo que esperaba después de leer otras opiniones, pero aún así no sabía por dónde iban a ir exactamente los tiros. Debajo del sofá va por todo lo que esconden las personas más allá de la superficie. Hay pelusas de polvo asquerosas y objetos perdidos y añorados. Pensadlo. Debajo de este osito con gafas que lee un libro hay algo más que algodón. Debajo de cualquiera de vosotros hay mucho, mucho más de lo que nadie que no seáis vosotros pueda imaginar. Hay cosas malas y buenas... Hay ositos asesinos...
(Pero no os vayáis, ¡que era una forma de hablar!)
Eloy escribe de forma sencilla pero con gran sensibilidad, a base de escenas cortas que se van intercalando, y con alguna que otra frase para pensar o para sorprenderse escondida entre las letras.
Me ha gustado ese caleidoscopio de vidas que refleja el autor. Pese a centrarse en dos o tres protagonistas de edades variadas, en el texto se incorporan brochazos de otras existencias que se desarrollan al mismo tiempo en lugares más o menos próximos, asomándonos a las ventanas de los edificios para penetrar en las privacidades de hombres y mujeres, adultos y niños, que llevan a cabo actos de diversa moralidad.
El argumento se apoya en temas de actualidad; hay mucha reivindicación relacionada con la situación de España, especialmente con la corrupción a todos los niveles de la sociedad. No es algo que haya hecho menos interesante o más pesada la lectura, pero sí que me he planteado si no era suficiente con todo lo que leemos ya en las redes sociales como para además encontrarte con ello en una novela, que suele leerse para desconectar. Dejando de lado la novela, a veces me cansa tanta negatividad por todas partes.
Es divertido leer historias sin saber exactamente lo que vas a encontrar. Esas sinopsis que dicen mucho sin decir nada. Ahora estoy con una que me está dejando del revés con su argumento (lo cual me encanta). Debajo del sofá he encontrado aproximadamente lo que esperaba después de leer otras opiniones, pero aún así no sabía por dónde iban a ir exactamente los tiros. Debajo del sofá va por todo lo que esconden las personas más allá de la superficie. Hay pelusas de polvo asquerosas y objetos perdidos y añorados. Pensadlo. Debajo de este osito con gafas que lee un libro hay algo más que algodón. Debajo de cualquiera de vosotros hay mucho, mucho más de lo que nadie que no seáis vosotros pueda imaginar. Hay cosas malas y buenas... Hay ositos asesinos...
(Pero no os vayáis, ¡que era una forma de hablar!)
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