lunes, 31 de diciembre de 2012

2012 digital: 6 autores, 6 novelas

Es la segunda vez que me propongo una entrada especial para fin de año. No ha sido difícil decidir la temática, pues aunque el año 2012 ha destacado por varias razones, una de las principales ha sido mi intrusión en el mundo de los libros publicados en formato digital. ¡No en vano el regalo estrella de Reyes, en enero de este año que se acaba, fue un lector de ebooks!

Lo mejor de leer libros digitales no ha sido el formato precisamente. De hecho, termino el año 2012 con una sobredosis de tinta electrónica y grandes deseos de recuperarme con unos cuantos libros en papel, de esos que llevan meses y meses esperando con suma paciencia en la estantería. Sin embargo, sí hay algo muy, muy positivo, y es la sensación de tener muy cerca a los escritores, de recibir sus comentarios en las reseñas, interaccionar en las redes sociales y blogs... Y cómo no, está el simple hecho de poder leer historias que de otro modo no hubieran llegado a mis ojos (pues no soy capaz de leerlas en la pantalla de un ordenador).

Es hora de que los protagonistas entren en escena. Y estos son nada más y nada menos que los 6 autores que he tenido el placer de conocer, un poco a través de las letras electrónicas del ebook y otro poco asomándome a la ventana del navegador. Y son, en orden de llegada (redoble de tambores):

ARMANDO RODERA, con su novela LA REBELDÍA DEL ALMA
De esta atrevida novela, con la que el autor cambió ligeramente de estilo, recuerdo la sensación de estar encerrada en la mente cautiva de Susan, postrada en su desesperante situación de "coma consciente". Y me quedan las ganas de leer uno de los thrillers que tanta fama han dado a Armando, como ese El Enigma de los Vencidos, publicado, esta vez, en papel.
RESEÑA

ANTONIA ROMERO, con su novela LA TUMBA COMPARTIDA
De La tumba compartida ha quedado en mi mente la imagen de un campamento en el dorado Egipto, la desconfianza de mi propia sombra y un principio y un final no aptos para cardíacos. También un propósito para el año que viene: Peso Cero, de la misma autora. 
RESEÑA 

PABLO DE AGUILAR, con su novela LOS PELÍCANOS VEN EL NORTE
Los pelícanos ven el norte es de esas novelas que dejan un poso agradable en el recuerdo; en mi caso no puedo dejar de ver los ojos azules y cabellos trigueños de una pequeña ballena rubia, y si hay una palabra que he adoptado definitivamente para describir tanto a esta historia como a sus personajes, esa es: entrañable. Mi próximo norte: Intersecciones.
RESEÑA

ENRIQUE OSUNA, con su novela EL ETERNO OLVIDO
Este libro me contó que cuando muere una persona nace su olvido. Me presentó personajes cuyo olvido tal vez no llegue a nacer, que charlaban sobre temas tan reales como la vida. Jugó conmigo a un juego llamado Kamduki, y me hizo sentir la angustia de la incertidumbre mientras veía acercarse a la muerte.

ANTONIO JAREÑO, con su novela NO TODOS MORIRÉIS
Al final no todos hemos muerto con el advenimiento del Fin del Mundo este año. Pero hay algo más. Hay un judío errante que deambula por ahí cambiando de identidad desde hace alrededor de 2000 años. Hay sucesos que han hecho tambalear las creencias del científico más pintado... A lo mejor sí que existen los milagros. 

ISMAEL GONZÁLEZ, con su novela AEQUILIBRIUM
Aequilibrium sumerge al lector en un mundo fantástico inventado por el autor, con una compleja trama en la que se mezclan multitud de personajes, a cual más peculiar. Yo ya lo he dicho: me quedo con Berg Zondervan. Eso sí, nadie es quien parece ser...
RESEÑA

Quiero agradecer a todos estos autores, a los que están por llegar, y por supuesto a vosotros, lectores, el haberme acompañado a lo largo de este año. Ahora me marcho a disfrutar de la última fiesta familiar del 2012, y me despido de vosotros hasta el que viene:

¡Feliz 2013!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Alehop; de José Antonio Fortuny

"Una de las reglas cardinales de un buen espectáculo es: nunca lo interrumpas abruptamente, en pleno funcionamiento, porque sería como si le quitaras el plato a un perro que está comiendo, o que un cantante se parase en medio de un estribillo que está siendo coreado. Cuando la rueda está girando, es muy peligroso meter la mano"

SINOPSIS
Un misterioso circo llega a un pueblo remoto. Mientras la población se queda hipnotizada por el espectáculo tan vanguardista que se despliega ante ella, una pareja de ancianos trata de solucionar lo que es, a todas luces, un insignificante problema doméstico. Sin pretenderlo, se verán involucrados en una aventura trepidante, en una compleja trama -en la que el circo y su sibilino mánager tendrán su papel- que les llevará hasta límites insospechados. Alehop es una original comedia negra que, bajo una apariencia de historia desenfadada, hace aflorar con sutil maestría temas universales como el abuso de poder, la confrontación ideológica, la manipulación de las masas... José Antonio Fortuny firma ahora una parábola sobre el desamparo de los más vulnerables en una sociedad hedonista y, para mucha gente, directamente hostil.


Tras leer varias reseñas sobre este libro y dejarlo relegado un punto indefinido de la lista de deseos, llegó a mi conocimiento el sorteo que del mismo realizaba el autor en su blog, y no lo dudé: con Alehop me estrené en el mundo de los sorteos. No gané el libro, pero gané unas ganas irreprimibles por leerlo.

"Una farsa negrísima, angustiosamente divertida, ingeniosa, inteligente y muy actual". Alehop es lo que dice ser, lo que Rosa Montero dice que es. Palabra a palabra. Como el propio autor asevera en su blog, esta frase sintetiza muy bien el argumento de la novela. Pero de todos los calificativos, resalto especialmente uno: "angustiosa". No porque la angustia sea el componente predominante, sino porque era el  que menos me esperaba y el que más me ha sorprendido cuando ha empezado a invadirme sin previo aviso. Era una angustia sutil, pero angustia al fin y al cabo.

Una farsa. Y tan farsa. Al empezar a leer, uno percibe cierto aire de comedia, de historia caricaturesca. No pude evitar imaginarme a los personajes como caricaturas andantes. El aire que lo envuelve todo no es real; desde el principio huele a absurdo, a burla, pero no es hasta más avanzada la novela cuando ese olor empieza a solidificarse en un enredo surrealista, que hace que los ojos del lector sobresalgan un poco más de sus órbitas a cada página. 

Negrísima, angustiosamente. Continua e incondicionalmente preocupado por el bienestar de su mujer encamada, el anciano protagonista es al principio el personaje cabal, el encargado de mantenerse a sí mismo y al lector con los pies pegados al suelo. Es tranquilo; disfruta de placeres tan sencillos como mirar cada mañana el árbol del centro de su huerto. Pero no es nada bueno lo que le espera. Sus intereses para con su mujer chocan frontalmente con los del circo y, por ende, los del alcalde y los de todo el pueblo. El maremágnum que se desata a su alrededor termina por arrastrarlo y no tendremos más remedio que ir con él, acompañándole en sus desventuras rocambolescas, que no son pocas ni son tontería. Todo se vuelve en su contra, y todo es tan injusto, y parece que no puede dar un paso sin chocar con un obstáculo, sin enredarse en una asfixiante tela que lo envuelve más y más. Su situación, con una esposa que no puede levantarse de la cama por sí misma y que va hundiéndose en las simas de la depresión, no es tampoco agradable.

Divertida. Sí, también. No he soltado carcajadas en voz alta, pero sí me he reído por lo bajo. Pasan cosas que uno no espera, y también otras que espera; ambas hacen reír por igual. Y es que, aunque Alehop sea una novela corta, no hay una página de desperdicio. A cada lado del papel acecha algo: nunca sabes si será una nueva carcajada o una apertura extra de los párpados debida a cualquier inesperado acontecimiento o ingeniosa ocurrencia. Si pensáis que la situación ha llegado demasiado lejos, descuidad: puede alejarse más aún. De hecho, tened por seguro que tan solo unas pocas páginas más adelante el escenario habrá cambiado por completo. Cualquier cosa es posible, y por esa razón la historia no decae en ningún momento: carece de esos pasajes en los que el lector se relaja y desvía un momento la mirada, deja el libro a un lado y descansa... No, no está permitido desconectar (además, la novela está dividida en muchos capítulos cortos que la hacen más rápida y cómoda de leer si cabe).

Ingeniosa, inteligente. Un punto que quiero destacar del libro es el ingenio, pero no sólo el ingenio a la hora de atrapar al lector, de inventar un sin fin de situaciones irónicas, sino también el ingenio que derrocha el autor en el empleo del lenguaje. Exceptuando un par de construcciones gramaticales que me chirriaron en las primeras páginas, el resto da gusto leerlo. No por ser poético, o bonito; no, lo que hace José Antonio Fortuny, y muy bien, es poner las palabras a su servicio, y el servicio que requiere de ellas es que transmitan gracia, agudeza, socarronería, sarcasmo. Las combinaciones que usa para ello son particulares; un estilo muy propio y cuidado sin duda. Nunca imaginé que determinados adjetivos podían acompañar a determinados nombres.

Y muy actual. Aún no os he hablado del circo. Porque tiene que haber un circo: sale en la portada. Pese a que no aparece directamente y pocas veces nos acercamos a su carpa y asistimos a las funciones, el circo está presente en las mentes de la mayoría de los personajes y, por ende, en la nuestra. El circo es la gran metáfora de esta historia: un protagonista que intenta pasar desapercibido pero siempre está ahí, en el subconsciente, mientras leemos. El circo se extiende a la vida y la vida se mezcla con el circo. En la vida se incluyen la prensa y la política, que también forman parte de Alehop. En la vida se encuadran asimismo las distintas religiones y creencias. En la vida hay ambición, peces grandes y peces chicos. Al principio parece que no, pero llega un momento en que te das cuenta de que Alehop no deja títere con cabeza; empiezas a pensar si  no va a ser verdad que lo que hasta ahora era tu realidad no es más que una sucesión de extravagancias circenses. 
Entre los personajes que acompañan a este circo metafórico destacan el anciano, su esposa, el alcalde del pueblo, el mánager del circo, y muchas y diversas personalidades que van apareciendo por sorpresa y desfilando por el escenario. Muchos, la mayoría, carecen de nombre. Otros, más adelante, sí que han sido bautizados, y algunos apelativos despiertan inevitablemente una sonrisa. 

Eh, ¿y los puntos negativos? Me gustaría poner alguno. Nunca me han agradado las historias en las que todos acaban felices y comen perdices, y en esta opinión pasa algo parecido. Pero de verdad que no se me ocurre nada especialmente reseñable (a parte de ese par de expresiones chirriantes que mencioné). Iba a quejarme de lo cortito que es, pero bien sabido es que lo bueno, si breve, dos veces bueno. No hay libros perfectos, pero sí los hay que rozan la perfección. Hacía mucho que no exclamaba:


domingo, 16 de diciembre de 2012

Aequilibrium; de Ismael González

"-Ha dicho "llevemos". 
-¿Cómo?-preguntó el enano. 
-Me ha preguntado que si quería que me llevasen, es decir, ustedes. Aquí solo vamos sentados los dos: usted y yo. 
-¿Y el culo del carro para qué está? ¿Para excitar a las bestias que tiran de otros? No voy solo; mis chicos viajan bajo la lona. 
-¿Mis chicos? ¿Se refiere a sus hijos? 
-¿Qué coño mis hijos? Esos dos son más tontos que un arao. Pero son buenos. Y fieles también. Abren surcos en carne ajena… Si se da el caso son igual de efectivos que la herramienta. 
-Ah, disculpe. 
-No hay que disculpar tres mierdas."

SINOPSIS
Aequilibrium es la historia de cómo los habitantes de un pequeño pueblo se dan cuenta de que no todos los flautistas hipnotizan a las ratas con sus bellas melodías, es la historia de dos hermanos sin fe que se ganan la vida al servicio de la Iglesia; y también es la historia de un caballero y una criada, la de una mujer que intenta hacer lo correcto por amor, la de un hombre tan bajo que jura pertenecer a la extinta raza de los enanos y la de un prisionero cuya celda reside en su interior. Si te gusta la fantasía, Aequilibrium también es tu historia.

Empiezo, como de costumbre, explicando cómo llegó Aequilibrium a mis manos; en este caso, cómo llegó al ebook. Pues... llegó como llegan todos los libros a los ebooks. La pregunta es, ¿por qué? Pues porque me quedé "con el alma prendida al libro" cuando leí la reseña de Montse

Pese a que en un primer momento mis expectativas respecto a Aequilibrium fueron enormemente altas, el tiempo que pasó hasta leerlo sirvió para atemperarlas un poquito, tanto inconsciente como conscientemente, pues ya se sabe lo malo que es esperar demasiado de algo. Al final, la novela con la que debuta Ismael González ha resultado cumplir algunas de esas expectativas, pero me ha decepcionado en otros aspectos. Ahora es el momento de decidir si dar primero las buenas o las malas noticias.

Comenzando a leer Aequilibrium noté de inmediato que me gustaba la forma de escribir del autor. Era un lenguaje sencillo y al mismo tiempo bonito, como a mí me gusta, aunque de vez en cuando aparecían coloquialismos o expresiones que no estaba segura de que fueran con el contexto. No sé si atreverme a decir que Ismael González tiene un estilo propio. Y, aunque algunas erratas habían burlado la "censura", no han entorpecido en absoluto la lectura. (En este punto he de decir que mi lector me ha jugado varias malas pasadas; una de ellas, mutilar unas cuantas palabras, a las que les faltaban letras, y que posteriormente comprobé en la aplicación de Kindle para PC que estaban perfectamente escritas y enteras.)

Ismael González sitúa la narración en una región ficticia cuyo mapa aparece en las primeras páginas. En estas tierras cobran vida multitud de personajes, algunos más prototípicos y otros más carismáticos, de esos que el lector recuerda con nostalgia cuando rememora una historia tras un tiempo de haberla leído. Hay caballeros de baja cuna, hay damiselas a las que no les gusta ser consideradas como tal; hay sirvientas, soldados, reyes; hay enanos, humanos, hechizados, lobishomes, dríades; hay de todo, pero nada es lo que parece en un principio. De todos ellos, son de obligada mención Máscara y Berg Zondervan. Máscara es un personaje misterioso que se resiste a revelar su identidad y regala enigmáticos diálogos (tengo que decir esto: yo me imaginaba a Máscara así, pese a que la descripción no case...). Y Berg Zondervan... Berg Zondervan es el mejor, y si tuviera que elegir uno me quedo con él, que los enanos están de moda. Este en particular es un burro hablando pero tiene un corazón de oro, demasiado generoso diría yo, dado el pasado que lleva a sus espaldas. Huelga decir que ambos son de esos personajes calificables como "carismáticos".

Después están las parejas, y es que el amor no falta. Un amor que no me ha convencido del todo como es tratado, pues había una pareja que se me hacía algo empalagosa y no me cuajaba. Podría decirse que no terminaba de "creerme" esa relación entre Daniel y su amada; me parecía artificial, tal vez por demasiado simple y fácil. Sí que está más elaborada y con algunos puntos graciosos la relación amorosa de Bran, el otro protagonista masculino.  

También hay protagonistas femeninas bastante buenas, mujeres luchadoras, podría decirse heroínas. Jennifer es una, y no es la misma al principio que al final de la historia; de hecho, me chocó el cambio repentino que se obró en ella, aunque me pregunto si más que cambiar ocultaba su verdadero ser. La pelirroja Irinna me ha parecido un personaje fuerte, con carácter, y ha sido mi favorita de entre los femeninos. De ella también tenía una imagen mental parecida a otro personaje más o menos conocido (éste), especialmente por el pelo y por la fuerza que transmite. 

Todos estos personajes se reparten entre los capítulos de Aequilibrium, capítulos nombrados a la manera tradicional con un título propio al principio de cada uno. En cada capítulo cambia el escenario y los personajes, e incluso hay saltos temporales, de modo que, tras el primero que actúa a modo de prólogo, el lector ha de seguir simultáneamente la historia de dos tramas principales y otras secundarias, mientras se pregunta cómo llegaran éstas a entrecruzarse. (La otra mala pasada que me jugó el ebook fue saltarse a la torera las separaciones gordas entre párrafos que marcaban el salto de uno a otro escenario, de modo que en ocasiones me las veía y deseaba para situarme en el contexto.)

Y, si el propio Ismael sólo nos ha dejado esa sinopsis, es por la dificultad que entraña hablar de la trama sin revelar detalles importantes; así pues, hasta aquí puedo leer.

Sólo me queda por reseñar el problema más gordo, el que más puntos le ha restado a la novela, aunque al mismo tiempo puede ser algo personal que no le pase al resto de los mortales: el lío tremendo que me he hecho con el argumento. Párrafos que tenía que volver a leer para enterarme de lo que querían decir, ambigüedades que supongo que perseguían el objetivo de añadir misterio pero que acababan siendo demasiado ambiguas para mí, términos inventados introducidos en la historia sin previo aviso, personajes que no son lo que son, idas y venidas en el tiempo... Llegó un momento en que todo eso rebasó los límites de mi memoria y mi entendimiento y no pude abarcarlo. Sí que hubo un punto de la historia en el que vi la luz; fue un estallido repentino en el que todo cobró sentido y quedé sorprendida y maravillada por la forma en que todas las piezas empezaron a encajar en mi cabeza. Pese a todo, ya terminada la lectura, aún quedaron piezas sin encajar y la desagradable sensación de que me estaba perdiendo cosas muy importantesY es que, a mi ver, la mezcla de numerosos elementos fantásticos con una trama en exceso enrevesada no ayuda nada a seguir el hilo argumental. No deja de ser una percepción personal, pero es una pena que una historia con un ambiente y unos personajes bien llevados, y un ritmo narrativo que, aunque no adictivo, mantenía al lector en continua necesidad de respuestas, se vea estropeada por lo anterior. 

Aequilibrium es, en su conjunto, una novela de fantasía en la el autor introduce nuevos conceptos y nuevas razas y también incluye otras ya conocidas. Resultaría tan arriesgado clasificarla de "fantasía juvenil" como de "fantasía adulta", porque he hallado en ella, no sé si acertada o erróneamente, cierta inspiración en la saga Canción de Hielo y Fuego y, al mismo tiempo, me ha recordado a series más juveniles como la de la Dragonlance. Hay amor y magia, pero también sangre y sufrimiento. 

Y, pese a que la experiencia no haya sido del todo satisfactoria, creo que Ismael González tiene buenas dotes de escritor, y pienso probar con otra de sus novelas si se presenta la oportunidad.


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*Pinchar aquí para acceder a Aequilibrium en Amazon. 
**Pinchar aquí para acceder al blog del autor.

domingo, 2 de diciembre de 2012

La caída de los gigantes; de Ken Follet

"Grigori descubrió que la certeza de que alguien estaba haciendo todo lo posible por matarte resultaba terriblemente angustiante. Se sentía como si le hubieran dado una malísima noticia pero no pudiera recordar cuál. Tenía la alocada fantasía de cavar un agujero en el suelo y esconderse dentro."
SINOPSIS
Una gran novela que narra la vida de unas familias americanas, británicas, rusas y alemanas con el trasfondo de la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa y los profundos cambios sociales que éstas conllevaron. La historia empieza en 1911, el día de la coronación del rey Jorge V en la abadía de Westminster. El destino de los Williams, una familia minera de Gales, está unido por el amor y la enemistad al de los Fitzherbert, aristócratas y propietarios de minas de carbón. Lady Maud Fitzherbert se enamorará de Walter von Ulrich, un joven espía en la embajada alemana de Londres. Sus vidas se entrelazarán con la de un asesor progresista del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, y la de dos hermanos rusos a los que la guerra y la revolución les ha arrebatado su sueño de buscar fortuna en América.
La Primera Guerra Mundial, o la Segunda, o la Guerra Civil, o cualquier tema similar, me dan mucho miedo. En la mayoría de las ocasiones huyo de tales historias, por la sencilla razón de que no suelen despertar mi interés lo suficiente como para mantenerme emocionalmente pegada a la lectura. Tal vez por ello La caída de los gigantes aguardaba en la estantería sin que le prestara atención. Lo único que me atraía de él era que estaba escrito por Ken Follet. Creo que por eso, y porque la editorial me ofreció la segunda parte, me decidí finalmente a lanzarme a la aventura. No es el mejor libro que he leído, y me cautivaron mucho más Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin. Sin embargo, sí que posiblemente haya sido aquél con el que más he aprendido en toda mi vida (dejando a parte los libros de texto, por descontado).

Me hacía mucha falta aprender Historia. En mi época escolar, la asignatura me gustaba dependiendo de la pasión con la que el profesor la explicara, pero por lo general me costaba horrores memorizarla. Por eso le cogí un poco de manía con el paso de los años, y ahora que lo he ido olvidando todo soy prácticamente inculta en ese ámbito. En este sentido, La caída de los gigantes ha logrado de forma más que satisfactoria despejar un poco de la niebla que ocultaba a mis ojos ese mundo misterioso que es el Pasado.

Los personajes que Ken Follet nos presenta en esta pantagruélica historia dentro de la Historia, se distribuyen en un amplio abanico de clases sociales y se reparten por diversos puntos del Planeta, logrando así mostrar una visión del acontecimiento que narra desde distintos planos, y distintos planos son los que hacen falta para conformar una visión en tres dimensiones, a lo grande, completa.

Es inevitable ver mucho de Los pilares de la Tierra o de Un mundo sin fin (en definitiva, del Ken Follet "bestselleriano") en esta novela. Al igual que en las mencionadas, el tiempo transcurre rápido, de mes en mes, de año en año, y da la impresión de que los personajes crecen y evolucionan a velocidad de vértigo, triunfan y fracasan. Al final, los que estaban en lo más alto pueden haber caído; los que estaban hundidos, haber llegado a la cima. Tanto ideológica como físicamente, los personajes se "mueven". He ido dándome cuenta de que algo que me gusta mucho en una novela es ver cómo un personaje lucha por medrar, y gracias a su tesón y a su ingenio lo consigue, tras un largo proceso de caerse y levantarse. 

Otro punto en común que he notado es el modo en que Follet crea personajes femeninos y, mientras leía el libro y veía al mismo tiempo la serie de Un mundo sin fin que emitía el canal cuatro, esto se me ha hecho evidente y no podía evitar equiparar el carácter de unas con el de otras. Por ejemplo, Ethel me recuerda un poco a la Gwenda de Un mundo sin fin, salvando las distancias del contexto histórico. Son mujeres fuertes y seguras, con carácter, luchadoras, valientes ante las adversidades y ante los hombres.

También los temas del amor y del matrimonio son recurrentes, habiendo personajes que se enamoran perdidamente más allá de cualquier obstáculo, pero también amores imposibles, rupturas, idas y venidas... incluso evolución en los sentimientos de unos personajes por otros. Todo bastante humano y real, excepto tal vez ese amor incondicional, casto, puro, fiel, eterno y perfecto de cierta pareja que todos los que habéis leído el libro conocéis, y que a los que no lo hayan hecho prefiero no desvelar. Que me parece muy bonito, sí, pero... ¿de verdad un ser humano puede resistir tanta incertidumbre y tiempo de separación sin cometer ningún desliz? Lo que sí me pareció real de verdad es la noche de bodas; me divertí mucho leyéndola.

Los personajes se van construyendo a través de sus acciones, pero creo que de no ser porque la longitud del libro obliga a pasar mucho tiempo con ellos, se hace un poco dificultoso encariñarse. Me gusta la forma en que Follet introduce la historia con un Billy niño, aquel Billy que una vez terminada la novela nos parece tan lejano, igual que las fotos de nuestra propia infancia. Billy vive en Aberowen, un pueblo de Gales, y pertenece a una familia de mineros. Cobrarán protagonismo él, primero como minero y después como soldado; y su hermana mayor Ethel, inteligente y organizada, que comenzará trabajando de ama de llaves para el conde Fitzherbert. Fitz, propietario de las minas de carbón, está casado con una princesa rusa y es un hombre atractivo físicamente, pero no tanto ideológicamente; no obstante, poniéndome en su punto de vista podía ser capaz de comprender algunas de sus acciones y no considerarle del todo malvado... Su hermana Maud es otra luchadora, de ideología algo contraria a su hermano, sin ser ello óbice para que la relación entre ellos sea cordial.
La trama alemana se centra en Walter von Ulrich, que sólo puedo describir como un hombre con mayúsculas. En segundo plano se hallan sus padres, especialmente el progenitor, Otho, al que no se pueden aplicar los mismos buenos adjetivos que a su hijo. Siendo Walter un personaje extremadamente fácil de hacerse querer, me pregunto si será un recurso del autor para contrarrestar una posible predisposición por parte del lector contra los alemanes, por las connotaciones negativas que puedan despertar sus antecedentes históricos.
En Rusia despuntan los hermanos Peshkov, Grigori y Lev, el bueno y el malo. Grigori es tonto de pura bondad (cierta escena de este personaje me enfureció hasta el punto de soltar tacos), aunque parece que va madurando progresivamente. Y, bueno, Lev es tonto también; es alguien que se deja llevar por sus impulsos más primitivos y por eso le pasa lo que le pasa, aunque también tenga más suerte de la merecida. Ambos comienzan trabajando en una fábrica de ferrocarriles, y posteriormente sus vidas se separarán. De la mano de Grigori viviremos la revolución bolchevique y conoceremos al mismísimo Lenin, una de las partes que más me ha gustado por todo lo que he descubierto del tema.
Finalmente Follet nos lleva a Estados Unidos y a la Casa Blanca, donde Gus Dewar asesora al presidente Wilson y, en sus ratos libres, busca esposa y se enamora, unas veces de verdad y otras de mentira.

En toda la novela no faltan escenas de la vida privada y sentimental de los personajes, pero también hay numerosas conversaciones políticas que se me hacían muy pesadas porque no conseguía comprenderlas en su conjunto; me refiero muy especialmente a las complicadas relaciones entre países, amenazas y tejemanejes que finalmente condujeron al desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial. La conclusión a la que he llegado ha sido que todo fue muy enrevesado y mucha gente se opuso pero, de forma parecida a cuando una persona se pone furiosa y no piensa lo que hace, finalmente ocurrió lo peor, pero a lo grande. Las descripciones de la guerra en sí me han resultado muy interesantes; tenía un concepto más primitivo de trinchera, pero resulta que en algunos casos eran casi como cuevas o refugios muy profundos e incluso comunicados. Follet describe perfectamente y de forma muy ilustrativa el sistema de "guerra de trincheras" y el ambiente desolador que se respira entre los soldados del frente. Es otro punto fuerte de La caída de los gigantes con el que me quedo, a parte de la revolución bolchevique.
Me gustó la técnica que sigue el autor para escribir, y que cuenta en una nota en las últimas páginas:
"Mi regla es: o bien la escena sucedió, o bien podría haber sucedido; o se pronunciaron esas palabras, o se podrían haber pronunciado. Y si encuentro algún motivo por el que la escena no podría haber tenido lugar en la vida real, o por el que las palabras no podrían haberse pronunciado —si, por ejemplo, el personaje se encontraba en otro país en ese momento—, la elimino."
En definitiva: que Follet es un maestro a la hora de construir historias es indudable y, aunque se haga un poco densa en ocasiones, la novela es recomendable por su sabia mezcla de entretenimiento y didáctica. Así que, aunque no es del todo atrapante, otros motivos la hacen merecedora de los "cuatro libritos":


lunes, 12 de noviembre de 2012

El nombre (Le prénom)


Vicent, cuarentón y triunfador, va a ser padre por primera vez. Invitado a cenar a casa de Élizabeth y Pierre, su hermana y su marido, se encuentra con Claude, un amigo de la infancia. Mientras esperan a Anna, la joven esposa de Vincent, entre el buen humor le hacen preguntas sobre su próxima paternidad. Pero cuando le preguntan si ya ha elegido un nombre para el niño, su respuesta provoca el caos.
Llevo tiempo queriendo hablaros de esta película, con la que me topé por azares del destino y que resultó ser todo un descubrimiento. Un buen día de esas ahora tan lejanas vacaciones veraniegas, tuve la oportunidad de asistir al preestreno de Le prénom en su versión original en francés, subtitulada al español.

Nunca he sido muy de comedias: tengo la sensación de que todas son iguales y de que emplean las mismas técnicas para arrancar carcajadas al público, técnicas que me dejan de hacer gracia, si alguna vez me la hicieron, por un proceso de "tolerancia" paulatina. Ahora me replanteo lo anterior y me pregunto si no era más que un prejuicio mío. Y es que desde que vi Le prénom, ando a la busca de más películas que me arranquen tantas carcajadas como esta. Tal vez pida demasiado.

También me pregunto si mi impresión sobre esta comedia hubiese sido la misma de cambiar las circunstancias; si influirá el haberla visto en v.o., en el preestreno, en la gran pantalla y rodeada de un buen ejército de contagiosas carcajadas (porque la sala en pleno era un hervidero de ellas).

Le prénom empezó a causarme buena impresión desde la música de los créditos del comienzo. Había asistido a la proyección sin ver el tráiler, sin saber a qué me enfrentaba, y tuve la intuición de que no me iba a arrepentir. En los minutos iniciales la voz en off de Vicent nos presenta a los personajes (su familia y amigos), ayudada por una sucesión de escenas de la vida cotidiana de los mismos. Ya desde este momento empieza a formarse el germen de una sonrisa en la cara del espectador.

La trama de Le prénom, así como los escenarios en los que se desarrolla, son lo más sencillo posible: una reunión de amigos que conversan en el salón de una casa. Lo realmente alucinante de esta película es el guión, éste y las interpretaciones que del mismo hacen los actores: no en vano es la adaptación al cine de una obra de teatro de gran éxito. El caso es que sólo esos dos ingredientes consiguen que no puedas parar de reír durante los 109 minutos que dura el film, y que desees con toda tu alma quedarte pegado al asiento, riéndote por toda la eternidad como si te fuera la vida en ello. Así que os la recomiendo muy mucho, a riesgo de que no os guste y me abucheéis por ello.

jueves, 1 de noviembre de 2012

No todos moriréis; de Antonio Jareño

"Me imagino que si Colón hubiera acudido a vosotros para descubrir América, le habríais dicho lo mismo: 'Eso son leyendas fantásticas. Si se pudiera hacer, alguien lo habría hecho ya'. Y a Fleming le habríais contestado: '¿Curar infecciones con mohos? ¡Menuda chorrada!"
SINOPSIS
Una utopía social, una leyenda religiosa, una ambición empresarial y un crimen que lo precipita todo. Andrés, un empleado de banca, recibe la visita de una cliente a la que están sustrayendo dinero de su cuenta desde un cajero. Para comprobarlo, acude a la central de seguridad del banco. Al visionar las cintas con su amigo Walter, presencian un robo con homicidio. Y poco más tarde, sorprendentemente, observan cómo el cadáver “resucita” ante sus ojos. Por otro lado, un moribundo devuelve al padre Alonso una maleta salvada de las llamas años atrás. Allí encuentra unos papeles en los que un sacerdote del siglo XIX cuenta que ha visto en su iglesia a unas personas con las que coincidió medio siglo antes, pero que siguen conservando el mismo aspecto de entonces. Por último, Magnus Ingaldsen, un científico y empresario, ansía desesperadamente encontrar el elixir de la eterna juventud y poner en marcha la vieja utopía del premio Nobel Alexis Carrel. Estos elementos desencadenarán, a lo largo de unas pocas semanas, una frenética búsqueda donde se entrecruzarán medicina y fe, crímenes y ambiciones políticas, leyendas centenarias y obsesiones personales...
Un título contundente, unido a una sinopsis que augura acción, misterio y la esperanzadora idea de la inmortalidad: un plato que pocos lectores pueden resistirse a probar. Por eso cuando Antonio Jareño me ofreció su degustación, no pude rechazar la oferta. Ahora, intentaré describiros los sabores que me ha dejado esta lectura.

Un prólogo situado en el año 1876 da inicio a la novela, y unas palabras en latín nos introducen en la celebración litúrgica que está teniendo lugar, en una iglesia murciana, para conmemorar la resurrección de Cristo. No estaba yo segura en esos momentos de encontrarme con ganas para sumergirme en la vida eclesiástica: ración suficiente había tenido ya con Los Pilares de la Tierra y Un mundo sin fin, aunque fuese en tiempos lejanos. Así y todo, los asombrosos acontecimientos que enseguida empiezan a desarrollarse y a desplegar los hilos de la trama lograron captar finalmente mi atención. El padre Humberto se reencuentra con un grupo muy peculiar de fieles que tienen el mismo aspecto que cuando los vio la última vez, hace cincuenta años.

A continuación, la totalidad de la historia transcurre en el presente y, afortunadamente, un poco más alejada de la vida eclesiástica y más cercana al mundo del común de los mortales (si obviamos a cierto individuo conocido como Judío Errante).

Conocemos, en primer lugar, a un joven trabajador en la treintena, que atiende clientes en la sucursal de un banco. Se llama Andrés, y su vida hubiera seguido siendo tranquila de no ser porque una ancianita desea averiguar por qué su dinero está desapareciendo de la cuenta, de no ser porque le pide a su amigo Walter, vigilante, el favor de que le permita visionar la grabación de seguridad del cajero, y de no ser porque en ese visionado ambos son testigos, por obra del azar, de un asesinato sangriento con resucitación posterior.

Por otra parte, el padre Alonso sobrelleva una vida de rutina, sosteniendo a duras penas su fe y considerándose a sí mismo "un cura al borde del fracaso". Él tampoco hubiera tenido cabida en la aventura de no ser porque se ve en la tesitura de tener que visitar a un moribundo, que le hace entrega de una serie de objetos rescatados del fuego de una iglesia al comienzo de la Guerra Civil. Objetos sin valor alguno y, entre ellos, una carta.

Simplificándolo mucho, Andrés y Alonso podrían considerarse los protagonistas buenos, y Goran Eistenach su antagonista malvado, fiel trabajador al servicio de Magnus Ingaldsen y de su empresa de cosméticos. Este personaje, que inspira odio en un primer momento, acabará teniendo más claroscuros de lo que parece y creo que alcanza más profundidad que el resto: le he otorgado, por consiguiente, el "premio al mejor personaje" de No todos moriréis.

Los anteriores son los desencadenantes principales de una serie de sucesos que arrastran a los protagonistas, irremisiblemente, a la aventura de sus vidas. En la historia tienen cabida además multitud de personajes más, cada uno con sus propósitos y sus mejores o peores intenciones. Se establece una continua lucha de intereses entre diversas facciones: los ciudadanos comunes que son Alonso y Andrés (a los que se unirá más adelante la doctora Laura Marco), una multinacional de cosméticos preocupada por el envejecimiento (y ahora por la muerte) asociada con grupo de investigadores médicos, y una empresa americana de detectives que dispone de las últimas tecnologías y de los mejores agentes.

Sobre todos ellos gravita, enigmática e inalcanzable, la figura del Judío Errante, la esperanza viva de no todos mueren, de que el hombre puede vivir eternamente... o de que podrá hacerlo en cuanto Goran Eistenach dé caza al presuntamente inmortal individuo y éste sea minuciosamente estudiado por el equipo médico de Ingaldsen corp.

Las ideas de Alexis Carrel juegan un papel crucial en No todos moriréis. Carrel, biólogo, médico, investigador científico y escritor francés, fue Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912 por sus trabajos sobre técnicas de sutura vascular y trasplante de vasos sanguíneos y órganos. Aunque su nombre me resultaba familiar, no conocía a esta personalidad, que además ha dejado a sus espaldas una interesante biografía que va más allá de sus logros profesionales. Por ejemplo, el modo en que la milagrosa curación de una enferma tuberculosa con agua de Lourdes (el llamado "Dossier 54" o "Caso Bailly") hizo tambalear el escepticismo del médico y obrar en él una transformación espiritual. Si bien, como en muchos ilustres personajes, encontramos también en él un lado oscuro, o al menos en penumbra, constituido por ideas no del todo loables acerca de la raza humana y la supervivencia del más fuerte.

El lenguaje es sencillo y directo, propio de una narración en la que predomina la acción, pero no por ello menos correcto y bien empleado. Las erratas son puntuales y pueden contarse con los dedos de una sola mano, lo cual indica un eficaz trabajo de corrección. Antonio nos guía, mediante el punto de vista de un narrador omnisciente, de uno a otro lugar del Globo, desde Murcia a Estados Unidos, pasando por multitud de ciudades como  Berlín, Roma, Reikiavik, Madrid, Londres o París. Aunque no todas las ciudades aparecen en igual medida, en todas ellas se sitúa en algún momento alguien que se ve influido de un modo u otro por la trama.  Es cierto que las descripciones de ellas son escasas, aunque sí menciona los lugares y edificios por los que los personajes se ven obligados a pasar, o la diferencia de ambientes entre ciudades como Berlín o Madrid. Cada capítulo y cada "escena" se inicia, así pues, con el nombre de un lugar seguido del día y el mes. Los sucesos principales abarcan un tiempo de mes y medio en la época del año en la que en España  transitamos del verano al otoño, lo cual ha sido muy apropiado para estas fechas.

Pasando a asuntos más subjetivos, la historia me ha atrapado con su comienzo y ha mantenido el interés en todo momento, aunque éste era más débil en unos tramos que en otros. Esto podría deberse a que la inclusión de tantos personajes (algunos de los cuales aparecen en dos o tres ocasiones e incluso en una sola), y los numerosos saltos de un lugar a otro, pese a que no hacen dificultoso el seguimiento de la trama, sí que restan profundidad a cada individuo y dificultan la empatía. Un aspecto que me ha llamado la atención ha sido la práctica ausencia de mujeres en la historia: si alguna aparecía, excepción hecha de Laura Marco, lo hacía en un papel secundario.

Otra cuestión a destacar son los nombres que aparecen a lo largo de toda la narración, tanto de personas como de instituciones, y que son uno de los factores que otorgan realismo a la historia (dicho de otra forma, hacen que el lector se la crea). Mientras leía tenía la continua duda de cuáles existirían de verdad y cuáles no, especialmente aquellos pertenecientes a personajes políticos. Ciertamente eran nombres inventados pero muy bien escogidos, y ya no sólo hablo de los de políticos. Incluso, me atrevo a decir, algunos de los personajes deben su grandeza al nombre: pongo como ejemplo al ambicioso Magnus Ingaldsen. En cuanto a nombres de empresas, me quedo con el de Global Sleuth (que además, me ha ayudado a aprender una palabra nueva en inglés).

¿Existe de verdad es el Judío Errante? ¿Quién es? ¿Lo atraparán? En caso de hacerlo, ¿cómo  investigarán sobre su cuerpo? ¿Hallarán en él la clave para la erradicación de la muerte? Si fuese así, ¿qué será de un planeta en el que la muerte no exista? ¿Debería este remedio para la inmortalidad aplicarse a todos los seres humanos? Muchas son las preguntas que se suceden, y también dilemas en torno a la fe y la racionalización, la religión y la ciencia, los milagros, creer o no creer. Y, si he de poner una pega, es que el final no ha satisfecho mis expectativas respecto a la resolución de las preguntas. No quiere esto decir que se dejen hilos sin atar, sino más bien que se atan de forma poco efectista para mi gusto.

Y ya termino. Teniendo en cuenta que las historias de misterio e investigaciones nunca han sido mi pasión, creo que a los que simpaticéis más con este tipo de historias os gustará No todos moriréis, y no solo os resultará tan interesante como a mí saber de Alexis Carrel y del Judío Errante, sino que también disfrutaréis de una aventura en toda regla, bien construida y en la que no faltan las sorpresas.

3,5
 

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*Pinchar aquí para acceder a No todos moriréis en Amazon.
**Pinchar aquí para acceder al blog del autor.

martes, 23 de octubre de 2012

An awesome book; de Dallas Clayton

Yes, there are places in the world where people dream up dreams 
 so simply unfantastical and practical they seem. 
 To lose all possibility of thinking super things. 
Of dancing wild animals with diamond colored wings. 
 Instead they dream of furniture, of buying a new hat, 
 of owning matching silverware. Could you imagine that?
SINOPSIS
Un pequeño libro sobre cómo soñar a lo grande.
Dallas Clayton escribió e ilustró este libro para el cumpleaños de su hijo y, como no se lo querían editar, lo publicó en Internet y resultó ser un éxito. ¿No os da la impresión de haber oído esta historia antes?

Es éste un libro peculiar por varias razones: la primera, que está escrito en inglés; la segunda, que tiene dibujos, y la tercera, que lo encontré sin buscarlo de casualidad, gratuitamente y en una cuidada y graciosa edición virtual. De lejos, parece para niños, ¿verdad? Pero sólo lo es a medias. Acercaos un poco más.

Está escrito en inglés, sin embargo... en la misma página, hay una opción que permite seleccionar el idioma que se prefiera. Las traducciones no son literales, aunque a cambio de ese sacrificio conservan el significado y mantienen la rima. Claro está que, si se sabe inglés, es mucho mejor el idioma original.

Tiene dibujos, pero... ocupando estos la gran parte del espacio físico de las páginas, no logran robarle el protagonismo al texto. Las palabras aparecen salpicadas a pequeñas raciones que, si se leen de seguido, configuran una poesía inocente y al mismo tiempo plagada de ideas: al leerlas, el lector tendrá que abrir mucho los ojos para poder tragarse las grandes verdades que va encontrando. 

Es una edición virtual, aunque también lo hay en papel, que lo he visto pululando por Amazon, supongo que únicamente en inglés. De todas formas, y sin que sirva de precedente, no creo que la física supere a la digital. Le falta el olor y el tacto a papel, claro está. Pero las páginas suenan al pasarse, se escucha la lectura del propio autor al pulsar sobre el texto, y además los dibujos también nos "hablan": los unicornios relinchan, los trenes hacen "chucuchú", los sueños gritan, o los barquitos de sandía suenan como sólo saben hacerlo los barquitos de sandía (preguntadle cómo es eso al autor, que es el que imita todo).
An awesome book, Un libro impresionante en español, consiguió por unos instantes hacerme ver las cosas desde otra perspectiva. Levanta el ánimo. Logra que quieras comerte el mundo, como el monstruo de la portada. A lo mejor se parece un poco a alucinar sin tomar alucinógenos. Por el momento no puedo saberlo,  aunque sí  puedo afirmar que sus ilustraciones son tan fantásticas y coloridas que podrían perfectamente tratarse de alucinaciones, o sueños.

Vaya, creo que me está quedando todo demasiado idílico. No me hagáis caso. Que las ilustraciones no son para tanto, que las hay mejores. Que el texto es una simple poesía para niños, invitándonos a soñar... como si eso fuera una novedad. En fin, pese a todo, a mí me sorprendió. Me recordó a los hombres grises de Momo: les hubieran salido sarpullidos de haberse topado con An awesome book, ya lo creo.
¿No pensáis que la humanidad necesita soñar un poco más? Habría que dejarse llevar de vez en cuando por el niño interior. Hay gente que debe tener el suyo desnutrido, escondido en algún sitio profundo de las entrañas. Tan escondido que les es difícil encontrarlo. En otra gente el niño interior aflora más a menudo y, a veces, tal cosa es motivo de miradas procaces por parte de los adultos purificados-hombres grises. Habría que soñar más, soñar en el sentido de verlo todo con ojos inocentes, con ojos que vean que podemos lograr lo que queremos, y no con ojos que no vean, cegados por un muro de desesperanza. Tampoco hay que pasarse de inocencia pero, tal vez, si fuésemos menos ambiciosos y más sencillos, las cosas irían mejor.
3,5

sábado, 29 de septiembre de 2012

La evolución de Calpurnia Tate; de Jacqueline Kelly

"Cogí el sándwich y Grandes esperanzas y me metí en la cama con una extrema sensación de lujo. Ahhh. Cama, libro, gatito y sándwich. Realmente, todo lo que una necesita en la vida."
SINOPSIS
Calpurnia, Callie Vee, es una niña que vive en un pueblo de Texas. A pesar de que su madre insiste en que aprenda a tocar el piano, coser y cocinar, ella está más interesada en lo que ocurre tras la puerta cerrada de la biblioteca, o en el laboratorio de su abuelo. Poco a poco irá ganándose a este señor un tanto huraño y empezará a colaborar con él en sus observaciones del medio natural, aprenderá quién es Darwin, qué son las especies y las subespecies y también lo idiotas que se vuelven los hermanos mayores cuando se enamoran. 
Cuánto tiempo encontrándome con este librito en las estanterías de las librerías, cogiéndolo, leyendo la sinopsis, sopesándolo... y finalmente comprando cualquier otro. Pero seguía ahí. Era inevitable verlo. ¡Con ese color! Y leí reseñas positivas. Y quería leerlo, pero no encontré el momento. El momento llegó con la lectura conjunta que organizaban Sileny e Ishtar en sus respectivos blogs. Ya no había excusa.

Se trata de una novelita corta, de menos de 300 páginas, estructurada en capítulos de una longitud muy apropiada si lo que os gusta es no quedaros a la mitad de uno. Está escrita de manera sencilla y bonita, un lenguaje apropiado al de Callie (diminutivo de Calpurnia), la niña protagonista que nos lo va contando todo en primera persona

Tal vez os eche atrás si os digo que a lo largo de la novela no pasa nada más importante que el resto. No puede decirse que haya un nudo ni un desenlace. Sin embargo, excepto durante las primeras páginas, tampoco puedo decir que me haya aburrido leyéndola. Es una lectura agradable y entretenida, es fácil empatizar con Calpurnia. Y hay ocasiones en las que se hace inevitable sonreír ante sus ideas y ante las preguntas que les hace al resto de personajes, muy en especial a sus hermanos. Me quedo con eso: con la relación que Calpurnia mantiene con sus muchos hermanos, unos más mayores y otros más pequeños.

Pero si hay una pareja importante de personajes es la que conforman Calpurnia y su abuelo, ese señor que siempre está metido en su laboratorio y tan serio que da miedo acercarse a él. Un día la pequeña se ve obligada a acudir a él, y es a partir de entonces que descubre que no es tan malo como parece, y no sólo eso: también se sumerge en un mundo donde no todo son labores de costura y platos de cocina y cosas de señoritas. La Naturaleza, la Evolución, Darwin. A Calpurnia, observadora y aventurera, le fascinan los animales, y las plantas, y quiere estudiar, no ser una señorita. No se atreve a decírselo a nadie.

Pese a todo, he echado en falta algo más. El título me ha dado falsas expectativas. Pensaba ver evolucionar a Calpurnia. Quería verla de mayor, saber qué llegaría a ser en la vida, si lucharía por lo que deseaba o se dejaría vencer por las convenciones de la época. Sin embargo, la corta franja de tiempo en que se desarrolla la historia no da para mucha evolución, y el final se me ha antojado precipitado, un corte súbito.

Por lo demás, la sinopsis la resume muy bien y poco nuevo hay que decir. Una novela agradable para quien necesite una lectura tranquila. ¿Es esto a lo que llaman "lectura de verano"?

3,5

lunes, 24 de septiembre de 2012

TDH: héroes (y villanos) tan reales como la vida misma

¿Qué se os viene a la mente ante las palabras Tiempo de Héroes? Si nada en absoluto, no os preocupéis: hasta hace pocos días a mí me pasaba algo parecido. Esperad, ¿he dicho que no os preocupéis? Bueno, todo depende. Al principio no me preocupé, pero con el paso del tiempo se ha empezado a generar en mi interior esa inquietud que nos ataca a los lectores cuando nuevas lecturas interesantes se cruzan en nuestras vidas. Me entendéis, supongo. Mucho por leer. Poco tiempo. 

A lo mejor os suena más otro título: Hoy me ha pasado algo muy bestia. Un libro que varios blogueros han leído y reseñado. Tal vez uno de vosotros. Hace poco, una de esas reseñas fue la responsable de que me fijara más en ese libro, que ya me había llamado la atención antes, pero no lo suficiente como para haberlo leído. 

Todo empezó en Diciembre de 2011. Rafael Nebrea, uno de los escritores que integran el proyecto TDH, reunió un grupo de compañeros con un sueño común: poder hacerse un hueco en el mercado editorial. Un sueño que tantos y tantos escritores anhelan, aunque unos lo alcancen con más facilidad que otros. En esta agrupación de escritores empezó a gestarse TDH. Querían llegar a los máximos lectores y para ello tenían la red. Pensaron. Y, finalmente, unieron sus literarias fuerzas para crear algo propio y original: esta página web a la que llaman "novela gráfica por entregas", o también "Tiempo de Héroes". 

La idea surgió de donde muchas lo hacen: una tormenta. A Juan González se le ocurrió que, en vez de crear de la nada, existía la posibilidad de hacer más grande algo ya creado. Ese algo se llamaba Hoy me ha pasado algo muy bestia, y se trataba de una novela de Daniel Estorach, que también estaba entre los presentes. Y así fue como, a parte de crear lo que algunos han llamado literatura 2.0, ayudaron a un compañero a promocionar su obra. 

Haz una prueba con
el Primer Acto
¿Y ahora? Hoy me ha pasado algo muy bestia va a ser publicado por Norma Editorial a final de mes. En cuanto a Tiempo de héroes, fue seguida por varios medios a lo largo de su Primer Acto, y acaba de embarcarse hace poco en su Segundo Acto. Incluso, me ha dicho un pajarito (y nunca mejor dicho) que ¡TDH llegará al papel! 

TDH no sólo es literatura y escritores, sino también ilustraciones e ilustradores, incluso banda sonora y músicos. Todo ello unido en paquetitos que son colocados semanalmente en la red en forma de capítulos. Y este año, con nuevos personajes y más novedades que están por descubrir. Según la Presentación que puede encontrarse en la página de TDH: 
"[...]en Tiempo de Héroes, un grupo de escritores, periodistas, ilustradores, diseñadores, correctores e incluso músicos, coordinados por el propio Daniel Estorach Martín y el también escritor, Juan González Mesa, han querido llevar a cabo su propio homenaje a la ambientación presentada [en Hoy me ha pasado algo muy bestia]. Algunos se conocían de antes, otros, coincidieron durante el proyecto, pero todos se sintieron motivados por la historia en igual medida." 
Los que no hayáis llegado a conocelo, tal vez aún os encontréis algo perdidos. ¿Es una novela de superhéroes, de aventuras, de ciencia ficción, fantástica, una historia de amor? ¿De qué va esto exactamente? Dejo en manos (o en dedos) de Rafael Nebrea la tarea de explicároslo: 
"El título del proyecto habla un poco de lo que es, pero no nos equivoquemos, no se trata de una novela multimedia tipo XMEN, ni muchísimo menos. Los héroes que presentamos son como tú, o como yo. Personas que hartas de la manipulación de los medios, de las escenas dolorosas que se viven en las ciudades cada día, de los ajustes de cuentas de bandas de criminales o de la corrupción de empresarios entre otras cosas. Pero ellos no se quedan parados, son Héroes precisamente por eso, porque reaccionan a esa sociedad que se está pudriendo y deciden actuar por unos u otros motivos. Hoy, en el segundo acto, todas las tramas se han multiplicado y tenemos otros personajes igual de interesantes que se mezclan con los antiguos. Todo dentro de una trama global pensada y planificada por Juan González Mesa."  
Ilustración del Capítulo 1
Autora: Mamen Iglesias
Nos encontramos, así pues, ante una "novela río". Una historia compuesta por un montón de personajes, un caleidoscopio de puntos de vista que se entrecruzan. Cada capítulo es un punto de vista y cada uno de los escritores participantes se encarga de uno o varios de estos. Todo ello, totalmente gratis. ¿Qué más se puede pedir? 

Personalmente no he tenido ocasión de leer aún el libro de Daniel Estorah y de TDH sólo me he adentrado en el primer capítulo, pudiendo decir que ha sido una grata y sorprendente experiencia. Grata porque está bien contado, tiene una longitud ideal y mantiene el interés. Sorprendente porque me he encontrado con una sorpresa al final: un artículo de periódico en el que se habían basado los personajes y hechos narrados en el capítulo. ¡Qué original forma de otorgar realismo! Además, a los que prefiráis los villanos a los héroes, estáis de enhorabuena, porque estos también campan por el universo de TDH. 

Os recomiendo echar un vistazo a la página: no tiene desperdicio y se nota las ganas e ilusión que han puesto en el proyecto. ¡Seguro que os estarán agradecidos si les leéis y ayudáis a que más gente les lea!
 
http://www.tiempo-de-heroes.com
Coordinadores y responsables del proyecto: Juan González Mesa, Daniel Estorach, Yolanda Díaz de Tuesta y Rafael Nebrera Ruiz 
Escritores: Juan González Mesa, Daniel Estorach, Díaz de Tuesta, Rafael Nebrera Ruiz, Antonio González Mesa, So Blonde, Jordi Armengol, Manuel Moledo y Rosa G Panera 
Ilustradores: Jordi Armengol, Miren Leyzaola, Olga Masià, Mamen Iglesias, Fany Carmona, Jose Barrero, Daniel Mendoza, Santiago Ramos, Estela Gaona y Litos. 
Compositores: Antonio Trigo.
Gracias a Rafael Nebrea por sus pacientes explicaciones.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Un mundo feliz; de Aldous Huxley

"La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza."
SINOPSIS
Un mundo feliz es un clásico de la literatura de este siglo. Con ironía mordiente, el genial autor inglés plasma una sombría metáfora sobre el futuro, muchas de cuyas previsiones se han materializado, acelerada e inquietantemente, en los últimos años. La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los peores vaticinios: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se organiza en diez zonas en apariencia seguras y estables. Sin embargo, este mundo ha sacrificado valores humanos esenciales, y sus habitantes son procreados in vitro a imagen y semejanza de una cadena de montaje...

Me da miedo enfrentarme a esta reseña. Antes, cuando oía hablar de cierto libro o película que se titulaba Un mundo feliz, me imaginaba algo completamente distinto. Con "antes" me refiero a hace mucho tiempo, a "antes" de enterarme de que se trataba de ciencia ficción, o de una distopía (y por consiguiente, de que me fijara en ella). ¿Ciencia ficción? ¿Distopía? No, es algo mucho más complicado. Si no, no me daría miedo. Leer filosofía es una cosa muy distinta a elucubrar sobre ella. Porque esta novela tan corta da para reflexiones muy largas. 

Está bastante claro que para que exista la felicidad ha de existir también su contrario: la tristeza. Si alguien no está de acuerdo, que levante la mano. Sin embargo, en el mundo feliz que nos presenta esta novela parece que la felicidad es pura y lo invade todo, todo, excepto, tal vez, a los protagonistas. 

Para que el mundo sea feliz las personas individualmente han de serlo. En el mundo real, el ser humano nunca es feliz del todo. En serio, lo he comprobado: si no tengo algo, lo quiero; si lo consigo, o quiero otra cosa o quiero volver a la situación anterior. Los humanos somos así, hay que asumirlo. Para arreglar esto, Aldous Huxley se ha inventado un mundo donde los humanos son fabricados, decantados en vez de paridos, y en el que las palabras "madre" o "padre" son consideradas tabúes. ¡Pero siguen siendo humanos! 

Ahora hay que condicionarlos. Hay humanos más altos y corpulentos, otros más bajos, más gordos, más feos; humanos alfa, beta, gamma, delta... Y hay humanos macho y humanos hembra. Y todos tienen que ser felices con lo que son. Los alfa, destinados a los estamentos más altos de la sociedad, sólo han de querer ser alfa. Los beta, gamma o delta, progresivamente pertenecientes a estamentos inferiores, jamás habrán de envidiar a los alfa: tienen aquéllos demasiado trabajo, demasiadas preocupaciones. ¿Cómo lo conseguimos? Creamos una serie de normas y de afirmaciones y, mientras duermen, se las reproducimos una y otra vez hasta que sus mentes infantiles las aceptan como irrefutables verdades.

¡Y ya tenemos hombres y mujeres felices! Personitas que, todas juntas, pues "todo el mundo pertenece a todo el mundo", formarán el tan deseado mundo feliz. Todas juntas se reunirán a rezar al dios Ford. Todas mantendrán relaciones con todas. Todas juntas pero separadas en diferentes categorías para formar la gran estructura de la sociedad. Una sociedad perfecta, feliz. Personitas, todas tenéis un lugar en el mundo. Personitas, si estáis tristes, tomad un gramo de Soma para iros de vacaciones durante unas horas; sin resaca, sin consecuencia alguna.

Así es Un mundo feliz: sin emociones, sin arte. Y yo que pensaba que eso era triste, qué gran ironía. 

Me ha gustado por la imaginación y la originalidad de la civilización que presenta, pero no me han convencido para nada los personajes. Ciertamente, ninguno de ellos me despertaba simpatía. Tal vez por eso, porque no transmitían emoción alguna. Tampoco entendía la actitud de Bernard, ni la del salvaje John. Lenina es, tal vez, el personaje más coherente de todos, aunque claro, sus ideas de "ciudadana feliz" no ayudan a empatizar con ella.

En definitiva, una buena novela si uno se la toma como un ensayo ameno y no como una "historia de personajes". Es corta, se lee rápido y da que pensar.

3,5