"-¿Qué te hace pensar que conocías a Richard tan bien?-replicó Guy-. El Richard con el que vivías era en gran parte producto de tu imaginación."
Leí este libro porque una persona me djo que lo había devorado, y me dio hambre. Sí que estaba rico, sí. Fue un manjar la mar de casero, sencillo y a la vez exquisito.
Lo que más me llamó la atención es la familiaridad que desprende. Sentí unos personajes muy reales. Realmente me los imaginaba como si existieran. Podrían haberlo hecho perfectamente. Altamente recomendado a modo de entretenimiento.