sábado, 20 de febrero de 2016

Del color de la leche; de Nell Leyshon

"hay una cosa que tienes que saber.
escribo esto con mi propia mano en este año del señor mil ochocientos treinta y uno y estoy orgullosa de escribirlo con mi propia mano.
ya verás por qué."

SINOPSIS [no sé si conviene leerla o dejarse sorprender]
Elias Canetti escribió que en las escasas ocasiones en que las personas logran liberarse de las cadenas que las atan suelen, inmediatamente después, quedar sujetas a otras nuevas. Mary, una niña de quince años que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en los libros. Sin embargo, conforme deja el mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia para tratar de encontrar sosiego en la palabra escrita. En Del color de la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de Mary, que maldice a la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se finge enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada del vicario que guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella, y los otros para un marido y un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.

sí, voy a ser el colmo de la originalidad y voy a escribir esta entrada como mary escribió su libro. el libro de mary se titula Del color de la leche. sólo tiene mayúsculas en el título.

conocí la novela de mary (o la de Nell Leyshon, si nos rendimos a las mayúsculas) en algún momento y en algún lugar de la blogosfera. y después, compré la novela de mary en la librería más cercana a mi casa, un día en que me propuse comprar más en las pequeñas librerías. la novela de mary fue un regalo para un día de reyes. también, un poco, un auto-regalo. el librero me dijo que era una muy buena novela. los blogueros dicen que es una muy buena novela. es libro del año dos mil catorce por el gremio de libreros de madrid.

y yo digo que es una muy buena novela. es un bibliofilosis letrae. la he terminado hoy y va a resucitar el blog. porque, en una época en que soy un ojo de mal asiento, he encontrado un libro en el que refugiarme por simple placer. de los que está ahí también mientras no lees. voy a ser otra vez el colmo de la originalidad y voy a decir: el mejor perfume viene en frasco pequeño.

me gustan varias cosas de la novela de mary.

para empezar, me gusta mary: es la primera persona más especial que me ha contado su historia. es una campesina que insiste en que nos va a contar todo lo que pasó. así que a algún punto querrá llegar. y ese punto está ahí suspendido durante toda la lectura, y se asoma un poco más cada vez que mary insiste.
estoy cansada de hacer esto y me duele la muñeca de hacer esto.
pero me prometí a mí misma que escribiría la verdad y las cosas que pasaron. eso es lo que voy a hacer.
vive en una granja con su abuelo, sus padres y sus hermanas. trabajan de sol a sol. solo trabajan. yo no sería feliz con la vida de mary, pero ella lo es. esa es la vida que conoce. el campo, los pájaros, ordeñar las vacas, recoger los huevos, arrancar las malas hierbas, arar los campos con sus hermanas y su padre. no desea otra cosa.
a veces me tengo que recordar a mí misma que estoy triste por algo. si no, me pongo contenta otra vez.
pero el dinero es importante para un granjero como su padre. y a su padre le pagan bien si la cede para prestar servicios en una casa cercana. así que se acabó el trabajo duro. no era lo que mary quería, pero no por ello deja de ser feliz con lo que tiene. tampoco por ello deja de decir lo que piensa, porque su lengua es afilada y su mente tan inquieta como su cuerpo. y su pelo, del color de la leche.

otra cosa que me gusta es la construcción. dejando de lado la falta de mayúsculas,  me gusta el recorte máximo. ni siquiera guiones de diálogo son necesarios. descripciones, las justas. nada de explicaciones sin fin, sólo hechos, concisión estricta. es lo único que hace falta, y el lector pone el resto. el lector se imagina los gestos, los pensamientos. el lector construye en su cabeza los personajes a medida que ellos hacen y dicen. y así mary crece, su padre y sus hermanas crecen, y los otros personajes crecen y al final están ahí, enteros.

lo último que me gusta es el desenlace. ahí está todo, ahí se dirige todo y cuando llega, no te lo esperas (no me lo esperé), es perfecto, es perfecto en su forma y en su fondo. hace que te suba algo por la garganta, y con la última palabra ya te ha llegado a los ojos, y con el punto y final está resbalando por la piel de tu cara.

y te preguntas si construiste bien los personajes por lo que hacen y dicen, o deberías cambiar algo de la imagen que tienes de ellos.


sencillo. potente. bibliofilosis letrae.
mary, gracias por contarlo todo.