—¡Buenos días! — dijo Bilbo, y esto era exactamente lo que quería decir.
El sol brillaba y la hierba estaba muy verde. Pero Gandalf lo miró desde debajo de las cejas largas y espesas, más sobresalientes que el ala del sombrero, que le ensombrecía la cara.
—¿Qué quieres decir? — preguntó — ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno?"
Lo confieso, éste lo he leído por culpa del cada vez más cercano estreno de la película. Vi las de El Señor de los Anillos sin leer el libro, eso sí. Aunque afortunadamente mi amnesia sigue funcionando a la perfección incluso con las películas: sólo recuerdo cuatro escenas mal contadas. Así pues, un año de estos volveré a batallar con mi asignatura pendiente de Tolkien. Mientras tanto, como os decía, me he atrevido a comerme el aperitivo.
Me ha recordado, de hecho lo es en cierto modo, a un cuento para niños un pelín más largo de lo habitual. Tiene la peculiaridad de no comenzar con el clásico "Érase una vez", sino con otra fórmula mucho más original y no por ello menos conocida: "En un agujero en el suelo, vivía un Hobbit".
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.
No he podido evitar copiar todo el fragmento; no sé por qué, cada vez que lo leo me gusta más. Transmite algo que no sé desentrañar, tal vez esa sensación acogedora y familiar de un hogar. Supongo que exactamente lo que pretende transmitir. Además, hay otra particularidad, y es que el comienzo del libro también lo leí en uno de mis libros de Lengua cuando iba a Primaria. Y no se me ha olvidado aún la impresión que me dio la descripción de un hobbit, con sus pies peludos, y la forma en que me lo imaginé como una criatura adorable, más como animal que como humano. ¡Muy distinto a lo que es un hobbit en realidad, vaya!
Todo el primer capítulo me pareció muy ameno y entretenido, a tono con ese gran comienzo, y deliciosas las conversaciones entre Bilbo y Gandalf. Me gustó reconocer en su forma literaria a estos dos personajes que recordaba de la película (a duras penas). Muy graciosa también la la interminable procesión de nombres de enanos.
Después, Bilbo y sus compañeros emprenden un viaje largo hacia la morada del dragón Smaug, que custodia y acapara un valioso tesoro. Todo se calma un poco y adquiere el ritmo lineal de un cuento, en el que los protagonistas encuentran durante su aventura múltiples obstáculos que superar y personajes con los que interactuar. Bilbo echa de menos en todo momento su agujero-hobbit.
Hasta que llega mi otro fragmento favorito. ¡Qué ilusión me hizo conocer a Gollum! Ese personaje mítico del que todos hablan pero cuyos entresijos pocos conocen bien. Desgraciadamente, pude disfrutar poco de su presencia, pues por mucho que me costó asumirlo, se trataba de otro más de los personajes secundarios que se cruzaban en el camino de nuestros protagonistas. No obstante, asistí fascinada a la pelea de acertijos que Bilbo y él mantienen. El origen de este personaje es algo que tengo ganas de leer y recordar, si alguna vez llego a hacerlo, en El Señor de los Anillos. Creo que es uno de los más logrados de Tolkien, o de lo poco que conozco del escritor.
Otro aspecto a destacar es la evolución de Bilbo, pero tampoco os quiero contar mucho, o acabaré por descubriros todos los pequeñas sorpresas que oculta la historia. Sólo diré que en cierto momento aparecen unas arañas en un bosque, y preguntaré: ¿a nadie más que lo haya leído le han recordado a las arañas gigantes del Bosque Prohibido de Harry Potter?
En definitiva, como libro para público juvenil cumple con creces, aunque a mí me ha resultado algo pesado. He disfrutado mucho de su comienzo y algo de su final, así como de la aparición de Gollum, a quien he echado de menos desde que se queda atrás en la cueva oscura... sin su apreciado tesoro.
Hola Caminante!
ResponderEliminarYo también lo tengo pendiente de leer antes de que estrenen la película, que no quiero que me pase como con El señor de los anillos".
Le tengo muchas ganas pero a Tolkien hay que cogerlo con cuidado porque se puede hacer tremendamente pesado, hasta diría que hay que entrenarse para leerloxD
Un besote!
Es uno de mis pendientes, no soy muy aficionada al género pero como El señor de los anillos me encantó me apetece también leer éste
ResponderEliminarbesos
Me encanta Tolkien, ya lo sabes.
ResponderEliminarSu capacidad para generar un mundo completo me asombra y el verdadero comienzo de la aventura es el que nos has traído hoy.
Fantástico.
Besos
Tolkien es uno de mis eternos pendientes desde hace una barbaridad de tiempo... a ver cuando le hago un huequito =)
ResponderEliminarBesotes
A mí me gustó muchísimo cuando lo leí, hace ya unos años. Recuerdo que lo devoré en una sentada. Ahora que está a punto de estrenarse la película quiero volver a leerlo antes de ir al cine.
ResponderEliminarUn beso
Tolkien era un Superhombre :D
ResponderEliminarSaludos solares. Muacka.