Cuando, el último día de la Feria del Libro de Madrid, examinaba curiosa los libros expuestos en la caseta de Tropo Editores, Óscar, el editor, empezó a presentarme los mismos. Y entre todas sus palabras incluyó un concepto que inevitablemente atrapó mi atención... "Nos centramos en dos cosas: rescatar historias olvidadas y descubrir nuevos autores", me comentó, con esas u otras palabras. "Nuestro descubrimiento más reciente ha sido Luis Rodríguez", me reveló. Y me habló sobre su personal forma de ver el mundo y de expresarlo. Y caí por culpa de esa reunión de palabras (descubrir, nuevo, escritor, personalidad), por culpa de que además el escritor en cuestión es español, y por culpa del discurso entusiasmado (y en apariencia sincero) de su editor.
Obtuve parte de lo que quería: una novela diferente, fuera de las formas habituales de escritura, que consigue llamar la atención y que, aunque atendiendo a mi experiencia con ella le falta condimento, no aburre. No pude compartir, sin embargo, todo el entusiasmo con que me fue presentada.
novienvre es una novela corta que incluye un prólogo elogioso de Ricardo Menéndez Salmón y seis partes en las que Luis Rodríguez desarrolla la historia de una vida (¿La suya? A mí no me lo parece, pese a que en la sinopsis se afirme que es autobiográfica. Quizá una autobiografía tocada de surrealismo...) desde la infancia hasta la madurez.
"- Espera -dice Jacinta-. La coge y trata de metérsela.Muestra la realidad cruda, sin temor a reflejar actos y pensamientos pecaminosos o poco elegantes, secretos inconfesables presentes en la vida de la mayoría pero de los que uno no suele dar cuenta. Su realidad se desarrolla, primero, en el pueblo de la infancia de Luis. Tardes interminables de colegio marcadas por el tañido de la campana de la iglesia y las palmas del profesor contra la cara de los alumnos. Tardes de sol que se enreda en los árboles y cae al río, que suena a amigos que juegan y se bañan y se descubren. Pasa el tiempo y llegan los estudios, el trabajo, ya no hay pueblo, la ciudad, y los regresos. Las decepciones, los cambios. Un taller de escritura. Los reencuentros, los recuerdos... Toda la vida, recogida en escenas sueltas, y la muerte.
- ¿Está dentro?
- Sí -Me muevo. Se sale-. Espera.
La meto. Si no me muevo, la tengo dentro. Vuelve a salirse. Siento vergüenza ante la sospecha de estar haciendo algo mal, pero, sinceramente, no sé el qué, ni siquiera tengo claro lo que hay que hacer.
- ¿Será porque somos primos?
- Hombre, no.
No se me ocurre otra razón."
novienvre es eso: una sucesión de escenas que a veces desconcierta y desubica al lector, lo zarandea de una situación a otra, de un personaje a otro, de un pasado a un presente y a un futuro, del sexo a la monotonía laboral al desencuentro personal al chiste y a la muerte. Nombres propios que aparecen y desaparecen a su antojo. "Me suena Genaro, ¿conocía yo de algo a Genaro?", se pregunta el lector, y viaja al pasado para ver si Genaro estaba ahí, si Luis se lo contó en alguna de las escenas de su vida.
Un libro extraño. No es para recomendar a ciegas. Tampoco es de los que se olvidan, porque tiene algo que permanece en su forma de unir palabras y determinadas ideas originales bien construidas. Pero me ha faltado un núcleo, algo que hiciera que todos sus retazos de vida se unieran en mi cabeza en uno solo, en una "idea madre" tan bien construida como algunas de sus hijas. Ah, y siempre hablo de los finales. Este me gustó, por ser sugerente, pero me pareció tan independiente del resto de la historia como cualquier otro de los retazos mencionados.
No creo que sea un libro que vaya a disfrutar, lo dejo pasar
ResponderEliminarBesos
Ya desde ese título "mal escrito" tiene algo que lo hace atractivo... Me pega como lectura otoñal, no sé por qué (será por la alusión al mes, imagino!). 1beso!
ResponderEliminarjeje Por la alusión al mes, o por el color de la portada (que por cierto me encanta, como la mayoría de portadas de esta editorial que acabo de descubrir). Y sí, puede pegar como lectura otoñal, también porque tiene algo de melancolía y el otoño también, ¿no? Aunque nunca he sido dada a asignar lecturas a una época del año... Un beso =)
EliminarPUes no sé la verdad. En este caso, no lo veo. Bsos
ResponderEliminarHola, soy Luis Rodriguez. Solo quiero agradeceros la atención que le habéis prestamo a mi libro. Gracias.
ResponderEliminarHola Luis, de nada, muchas gracias a ti por dejar huella por aquí. Y enhorabuena por haber encontrado un estilo tan personal (y una editorial que lo ha sabido apreciar). Un saludo.
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