jueves, 5 de julio de 2012

Moonrise Kingdom

Nos encontramos a mitad de la década de los sesenta en la costa de Nueva Inglaterra. Una isla, un campamento de verano y un montón de niños haciendo travesuras en medio de la naturaleza. Suzy (Kara Hayward) y Sam (Jared Gilman) son dos jovencitos de doce años que acaban de despertar al amor. Sus sentimientos son tan castos y puros como el idílico paisaje en el que se encuentran. Están llenos de vitalidad y quieren vivir aventuras, disfrutar de su entorno y convertirse en exploradores. Por eso llegarán a un acuerdo para escaparse juntos y llevar a cabo todos los planes que sus padres no les permiten hacer. Su empresa cuenta con un montón de dificultades, pero ambos son astutos y sabrán resolver los problemas que encuentren por el camino para escabullirse. 
Cuando los monitores del campamento se den cuenta de la fuga de ambos, darán aviso a sus respectivos padres, de forma que toda la isla se movilizará para encontrarlos. Mientras el pueblo sufre por ellos, Suzy y Sam experimentarán emociones sorprendentes y aprenderán muchas cosas por el camino. 
En la historia de mi familia, hay una película famosa por ser aburrida; una que siempre usamos de ejemplo para expresar lo aburridas que nos parecen las demás. Decimos, "esta película es mejor que la de Life Aquatic" o "esta otra es tan aburrida como Life Aquatic" o, menos frecuentemente: "esta me ha gustado menos que la de Life Aquatic". Wes Anderson es el director del mencionado largometraje y, asombrosamente para mí, Wes Anderson es también el responsable de la maravillosa Moonrise Kingdom.

¿Que por qué, a pesar de saberlo, he ido a verla? La respuesta se resume en una sencilla ecuación: cine independiente + trailer visualmente atractivo + críticas excelentes por todas partes + amor por las rarezas. 

La primera vez que la vi fue precisamente buscando por internet las películas más extrañas que pudiera encontrar, esas que se salen de lo normal y llaman la atención de la crítica en festivales. Me topé así en filmaffinity con la fotito del cartel de Moonrise, me llamó poderosamente la atención su colorido, pulsé sobre ella el botón izquierdo del ratón, leí la sinopsis y vi el trailer. A decir verdad no me convenció mucho, pero aún así sentí curiosidad. Pensaba que ni siquiera estaba estrenada o que tendría que esperar meses (quizás incluso años) para poder satisfacer dicha curiosidad. Sin embargo, al poco tiempo me enteré de que estaba en cartelera. Poco después empecé a leer críticas buenas por todas partes, visualizar valoraciones llenas de estrellas... ¡Y encima era del mismísimo Wes Anderson, el de la película aburrida! No me la podía perder.

Procuré no hacerme muchas ilusiones, y conseguí entrar a la sala del cine con las expectativas justas. Las críticas eran buenas en general, pero también las había mediocres, y seguro que alguna mala. ¿Y si yo era de esos a los que no le gustaba? "Pura poesía", decían algunos. ¿Y si yo no sabía sentirlo así?

En una de esas críticas había leído el comienzo de la película; esa crítica lo halagaba como uno de los puntos fuertes. Decía así:
"En una de las primeras imágenes de ‘Moonrise Kingdom', un grupo de niños se reúne alrededor de un pequeño tocadiscos portátil en el que suena la ‘Guía de orquesta para jóvenes', una pieza elaborada en 1946 por el compositor británico Benjamín Britten a partir de un tema de Henry Purcell. En ella, una (educativa) voz en off va indicando con británica pomposidad la entrada de nuevos instrumentos que, poco a poco, van confiriendo a la música su dimensión orquestal."

Deconstruyendo a Wes Anderson, por Mario Santiago. Crítica completa aquí.

Después vamos conociendo a los personajes: Suzy, una enigmática joven que siempre aparece atisbando el horizonte con unos prismáticos y con maquillaje azul en los párpados, sus hermanos (los niños del tocadiscos), su padre (Bill Murray) y su madre. Suzy irradia personalidad, es una chica con carácter, solitaria, acomplejada y que se refugia en los libros. Es una delicia verla leer y dan ganas de parar la película para poder contemplar un rato las portadas de sus libros y rebobinar para poder escuchar de nuevo sus lecturas.
A continuación nos adentramos en el campamento scout (Edward Norton), con el jefe scout, los soldados scout, incluso el perrito "scout", Snoopy. Hay un scout muy especial, Sam, la otra mitad de la peculiar historia de amor.
Otros personajes son el capitán Sharp (Bruce Willis) o la señora Servicios Sociales, a la que todo el mundo llama graciosamente por este nombre.
Me gustaron especialmente los personajes masculinos, que son además los que más protagonismo adquieren. 
Pero los que más se ganan el cariño del espectador, al menos en mi caso, son claramente Sam y Suzy, el scout renegado y la chica de los prismáticos. Vemos cómo se enamoran, se dan cuenta de que ambos son seres incomprendidos, y esa afinidad les lleva a enviarse cartas y organizar una fuga que finalmente llevan a cabo. El resto de personajes emprenderán su búsqueda y pretenderán separarlos, pero ellos demostrarán poseer un amor sincero y tierno, protagonizando escenas increíbles con una mezcla de ingenio hilarante y sentimentalismo. Una de mis favoritas es cuando se adentran, inocentemente, en el mundo de las relaciones íntimas. 


Toda la acción se desarrolla en un paraje aislado al parecer del resto del mundo, con un paisaje precioso, naturaleza por todas partes, tormentas, aguaceros, truenos y relámpagos, lagos, mares, penínsulas, campos de trigo, bosques verdes, faros a rayas y coloridas casas de campo. Sin duda, la fotografía es visualmente sublime.

Lo mismo ocurre con la banda sonora, que es una delicia para los oídos. Sí, me atrevería a decir que el acompañamiento sonoro es lo mejor de todo.

Moonrise Kingdom no es una película perfecta, en absoluto. La imagen casi lo es, así como el sonido, y especialmente la combinación de ambos. De entre los personajes destacan Sam y Suzy, que protagonizan para mi gusto los mejores momentos. El transcurso del filme tiene sus altibajos, atrapando en algunos momentos por la poesía que encierra, arrancando carcajadas en otros, y también, flojeando un poco a veces.

Para terminar: es muy importante que, si vais a verla, os quedéis a los créditos. Yo me quedé porque tenía tiempo, estaban las luces apagadas y necesitaba saborear la película. Además, se veía que hasta los créditos estaban hechos con cariño. Después di las gracias mentalmente por haberme quedado, porque hay una sorpresa sonora que me dejó hipnotizada. Y estoy segura que a más de un espectador le pasó lo mismo, porque cuando encendieron las luces se respiraba un ambiente de buena película, de suspiros y de anhelo por ver un poquito más...

Lo que puedo afirmar con total seguridad es que salí de la sala con sensación de haber aprovechado el dinero pagado, y eso dice mucho, ¿no? Pocas veces salgo del cine con ese nivel de satisfacción. No es simplemente, "me ha gustado", no. Es eso y un sentimiento de que has descubierto un pequeño tesoro.



¿La habéis visto o tenéis pensado hacerlo? ¿Qué os ha parecido?

3 comentarios:

  1. Excelente crítica. Gracias a ti me voy enterando de que existe la película y me dieron ganas de verla. Voy a buscarla.

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  2. Hola guapa!

    Pues el domingo vi un cartel en el cine anunciándola y no sé por qué pero me llamó la atención. Después de tu crítica me ha picado aún más la curiosidad, así que supongo que en cuanto pueda la veré =P

    Muchos besitos!! =)

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  3. Pues a mi me ha llamado la atención, además has hecho una disección magnífica!
    Besos

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