Hay muchos libros y autores considerados clásicos que me encantaría leer. Charles Dickens era una de ellos hasta hace poco, pero necesité un empujón para acercarme a sus Grandes esperanzas: la lectura que organizó Sileny. No me arrepiento de ello pese a lo irregular de mi experiencia.
La cita con la que he decidido encabezar esta opinión no es más que una muestra de que Dickens es un maestro de la escritura (algo que, de no saberse, podía suponerse). Se trata de fragmento del segundo párrafo de la novela, y encontrarse una narración tan sublime nada más empezar da gusto. Pero se da el caso de que la narración sublime abarca la totalidad de esta obra. Así que nada de quejas por esa parte.
Además, no tengo sombrero, pero me quito aunque sea la pinza del pelo ante las descripciones que es capaz de pergeñar el autor. Me ha llamado particularmente la atención su forma de dibujar a los personajes: sin usar adjetivaciones típicas, compone ante el lector una imagen bien definida de los mismos en unas pocas frases.
Tanto de su exterior...:
Era huérfana como yo, y también como yo había sido criada a fuerza de mano. Era muy notable, pensaba yo, por lo que se refería a las partes extremas de su persona; porque su cabello siempre estaba necesitando que lo peinasen; sus manos, que las lavasen, y sus zapatos que los remendasen y que los ajustasen el tacón. A esta descripción hay que hacer la salvedad de un día por semana. Los domingos iba a la iglesia muy compuesta.
...como de su interior:
Herbert tenía unos modales francos y naturales que le hacían muy atractivo. No había visto a nadie entonces, ni he visto a nadie después, que me diera mejor impresión, en su mirada y en su tono, de ser naturalmente incapaz de hacer nada escondido o mezquino. Había algo prodigiosamente optimista en todo su aspecto, y algo al mismo tiempo que me susurraba que nunca sería ni muy afortunado ni muy rico.
El personaje que carga con el peso de la novela y con el oficio de narrador es Pip, que empieza niño y va creciendo. Una mezcolanza de de ternura, tragedia y comicidad da forma al ambiente rural en el que se cría el pequeño Pip, rodeado de gente humilde y de fugitivos, y alternando entre la severa disciplina impuesta por su hermana y la amistad entrañable que lo une Joe, el marido de esta. Oh, Joe. Era su compañía, y no la de Pip, la que yo deseaba: la compañía del grande y bueno de Joe, que aportaba su propia luminosidad a cada uno de los momentos en los que aparecía. ¡Lo que me hizo reír presumiendo de su amor por la lectura!
Me incliné hacia Joe y con la ayuda de mi índice le leí toda la carta.
-¡Asombroso! -dijo Joe, en cuanto hube terminado-. ¡Eres un sabio!
-¿Cómo deletreas Gargery, Joe? -le pregunté con modesto aire de protección.
-No lo deletreo de ningún modo -dijo Joe.
-Pero suponiendo que lo hicieras...
-No se puede suponer -dijo Joe-. Y eso que me gusta mucho leer.
-¿De veras, Joe?
-Mucho. Dame -dijo Joe- un buen libro o un buen periódico, y ponme sentado junto a un buen fuego, y no deseo nada mejor. ¡Válgame Dios! -continuó después de frotarse un poco las rodillas-, cuando uno llega a una J y una O y dice "aquí, por fin, hay un J, O: Joe", ¡qué interesante es leer!
Esa es la vida humilde del Pip niño, pero el desarrollo de los acontecimientos provoca la llegada de grandes esperanzas para su futuro, y empieza a aparecer, en el horizonte, una vida vestida de traje elegante: la vida de señor en Londres. El dilema está servido para el joven Pip, que se debate entre el deseo por una de esas vidas y el odio hacia sí mismo por despreciar la otra. Y, como una de las cosas buenas que tiene el personaje es que no es perfecto, en ese debatirse tendrá aciertos y cometerá errores.
Aunque ninguno como Joe, hay varios personajes que brillan más que el protagonista. Dentro de ese horizonte de grandes esperanzas está la señorita Havisham, excéntrica habitante de una antigua mansión que persigue un objetivo tan malvado como romántico. Con ella y con su bella y joven protegida, Estella, se cruzará el niño Pip, y le será difícil separar de ambas su destino. Durante su vida en Londres Pip se relaciona con otras personalidades, varias de ellas bastante bien construidas. A destacar: el compenetrado dúo laboral que forman el señor Jaggers (abogado) y su ayudante el señor Wemmick; o Herbert, el amable señorito de su edad con el que entabla amistad y comparte vivienda.
Es una historia acerca de la identidad, de los orígenes, de las oportunidades -las que se aprovechan y las que se pierden por verse demasiado tarde-, del amor en su vertiente más cruel. Es una obra de arte que no he sabido disfrutar en toda su extensión por alguna clase de déficit que hace que su trama no me haya resultado atractiva más que al inicio y al final, y en momentos puntuales del medio. Me quedo no del todo satisfecha, pero con el deseo de seguir leyendo al maestro Dickens.
3,5 / 5
Lo leí hace años y sí que me gustó mucho, había visto primero la película que me encantó y por eso me animé con el libro
ResponderEliminarBesos
He leído algo del autor pero esta sigue entre mis pendientes.
ResponderEliminarPues fíjate que esta novela suele ser la preferida de los lectores de Dickens (la mía es "Oliver Twist") pero tu reseña me ha gustado, muy bien argumentada. Por cierto, hablando de grandes narradores, aunque ligeramente posterior al autor, te recomiendo mucho que pruebes con algo de Trollope, verás que es más redondo (con más sentido del humor) que Dickens. Bss
ResponderEliminarYo creo que también había leído buenas opiniones de ella antes de empezar a leerla, pero una vez leída me he encontrado con comentarios de gente que ha leído varias del autor y ésta le ha parecido de las más flojas.
EliminarGracias por la recomendación. Le he echado el ojo a "El doctor Thorne", que he visto que tiene además buenas opiniones.
Un beso =)
Tengo pendiente volver con el autor, a ver si me decido por este o por Oliver =)
ResponderEliminarBesotes
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía tu blog pero me quedo por aquí.
A mi entender es de las novelas más flojas del autor, disfruté muchísimo más con Historia de dos Ciudades, que la recomiendo con los ojos cerrados.
Aunque quizás no ha sido de tus lecturas favoritas, almenos has podido disfrutarla.
Un beso!
Hola, bienvenida por aquí!
EliminarHistoria de dos ciudades será probablemente la siguiente que lea del autor, porque no eres la primera que me la recomienda.
Un beso =)
¡Hola!
ResponderEliminarYo nunca he leido al autor, pero nunca es tarde, tal vez inicie con este libro. Muchas gracias por la reseña.
Es la primera vez que me paso por tu blog y me he enamorado.
¡Saludos!
Gracias Marco. Bienvenido por aquí. Por lo que he comprobado quizá este libro no sea el mejor para iniciarse, mejor basarse en la opinión de quien haya leído varios... ¡Un saludo!
EliminarLo que nos cuesta a veces volver a grandes autores. Porque es cierto que de la calidad de Dickens no se puede dudar, pero tengo que confesar que me siento bastante cerca de tu opinión, admiro su forma de escribir pero ahora mismo no todas sus historias las disfruto por igual, quizás porque tengo que leerlas (ahora mismo) con otra mirada...
ResponderEliminarUn abrazo
¿Deduzco entonces que has leído varias?
EliminarYo creo que seguiré con Historia de dos ciudades, que la recomiendan más y me apetece. Pero más adelante, que hay muchos autores por descubrir.
¡Un abrazo!
Hola!!! me he metido en blogger para echar un vistazo a vuestros blos y veo que ya te has leído Grandes Esperanzas!!! toma, así se hace. Es uno de mis eternos pendientes, sobretodo porque aún no lo he comprado jijiji pero me encanta Dickens y creo que este libro no va a ser para menos. Este, junto con el club Pickwick son libros que llevo arrastrando mucho tiempo y eso tiene que terminar. Cuando algo me gusta mucho, como en el caos de Dickens, tiendo a idealizar mucho sus textos, así que aunque a veces las descripciones puede que se hagan eternas a mí seguro que me gustará, no tengo objetividad para los fandom. Tiene una serie de cuentos de miedo muy buenos, por si te apetece leer otra cosa menos densa.
ResponderEliminarUn besito guapa!