Lo que más me intrigaba era haber descubierto que todo, toda la creación -¡de principio a fin!-, se mantenía unido gracias a enlaces químicos invisibles. Me produjo un extraño e inexplicable consuelo saber que en algún lugar, aunque en nuestro mundo no pudiéramos verlo, existía auténtica estabilidad.
Al principio no establecí la obvia conexión entre el libro y el laboratorio abandonado que había descubierto de niña. Pero cuando finalmente relacioné una y otra cosa, mi vida cobró vida... si es que eso tiene sentido."
No recuerdo ahora cómo me fijé en este libro por primera vez; tal vez fuese tras verme atraída por La muerte no es un juego de niños, del mismo autor y de hecho la segunda parte de las aventuras de Flavia. Quise leerlo, pero también quería empezar por el principio.
El comienzo de la novela no podría ser más ingenioso y divertido. Nos metemos en la mente de una niña que, con tan solo 11 años, es más lista que cualquier adulto. Su pasión por la química y sus conocimientos acerca de la misma, su capacidad de reconocer cualquier compuesto por su olor o color, y su conocimiento acerca de todo tipo de venenos (algunos de los cuales experimenta con sus hermanas), llega hasta extremos caricaturescos.
La visualización de la portada unida al hecho de que la protagonista habite en una mansión, hace inevitable que uno se imagine una especie de familia Adams, pese a que no hay muchas más similitudes. En todo caso, la ambientación me ha gustado, y creo que otorga a la historia un halo de misterio tenebroso.
Flavia convive en su mansión con su padre y sus dos hermanas; su madre murió al poco tiempo de nacer ella. Pese a todo, constituye una protagonista más y aparece constantemente en los pensamientos de Flavia, incluyendo una escena muy graciosa que añade un matiz cómico al momento más dramático de la aventura. ¿Cómo el recuerdo de una madre fallecida en una situación a vida o muerte puede llegar resultar cómico? Es una pregunta retórica que acabo de hacerme, y cuya respuesta encontraréis entre las páginas de este libro...
El padre de Flavia, el coronel De Luce, es una figura un poco misteriosa, que solo aparece en contadas ocasiones, aunque su papel es importante. Da la impresión de ser un hombre distante, poco dado a muestras de cariño. Como Flavia dice en una ocasión,
La visualización de la portada unida al hecho de que la protagonista habite en una mansión, hace inevitable que uno se imagine una especie de familia Adams, pese a que no hay muchas más similitudes. En todo caso, la ambientación me ha gustado, y creo que otorga a la historia un halo de misterio tenebroso.
Flavia convive en su mansión con su padre y sus dos hermanas; su madre murió al poco tiempo de nacer ella. Pese a todo, constituye una protagonista más y aparece constantemente en los pensamientos de Flavia, incluyendo una escena muy graciosa que añade un matiz cómico al momento más dramático de la aventura. ¿Cómo el recuerdo de una madre fallecida en una situación a vida o muerte puede llegar resultar cómico? Es una pregunta retórica que acabo de hacerme, y cuya respuesta encontraréis entre las páginas de este libro...
El padre de Flavia, el coronel De Luce, es una figura un poco misteriosa, que solo aparece en contadas ocasiones, aunque su papel es importante. Da la impresión de ser un hombre distante, poco dado a muestras de cariño. Como Flavia dice en una ocasión,
"Es tan improbable que un De Luce le diga a otro que lo quiere como que un pico de la cordillera del Himalaya se incline para susurrarle palabras bonitas al risco de al lado."
Sus hermanas mayores, Ophelia y Daphne, son personajes peculiares, pues Flavia nos las presenta como seres desagradables, pero el lector no puede evitar sentir simpatía por ellas, preguntándose hasta qué punto no será Flavia la culpable de que la quieran tan mal. Flavia es lista, pero tanto que a alguien puede parecerle excesivo y repelente. Utiliza sus tretas para defenderse de los ataques de sus hermanas, pero también para atacarlas sin aparente motivo... Además, hago particular mención a Daphne: en la mesa del desayuno, en la escalera de la biblioteca, en todas las esquinas... no hay escena en la que esta ávida lectora no aparezca con un libro entre las manos y la nariz entre sus páginas.
Pero si Flavia piensa en alguna ocasión que su familia no la quiere o que su padre no lloraría demasiado por su muerte, está segura de que Dogger sí siente cariño por ella. Dogger, cuyo nombre me recuerda a un perro, no pertenece estrictamente a la familia, pero como si lo fuera. Es un hombre de color, fiel servidor del coronel De Luce, y que mantiene además una peculiar relación con su hija. Flavia es la única que lo ayuda a recuperar la compostura cuando le dan esos ataques de pánico, seguramente relacionados con un pasado oscuro. Estos momentos entre Flavia y Dogger transmiten una sutil, ligera, ligerísima sensación de ternura...
Todos estos y otros personajes desfilan por las páginas de este libro. La sensación que dan no es la de personajes que uno pudiera encontrarse en la vida real, sino que llegan al lector como entes caricaturescos con vida propia, cada uno con sus peculiaridades y rasgos definitorios que los hacen únicos.
Flavia tendrá que moverse entre ellos para investigar un crimen, el del hombre que aparece moribundo frente a la ventana de su habitación, y a cuya expiración tiene la oportunidad de asistir, emocionada. Asesinatos, suicidios y robos filatélicos son los ingredientes de una trama que destaca por su originalidad, pero que (y esto es una opinión personal) no mantiene el nivel hilarante que tanto atrapa en las primeras páginas, aunque éste vuelva a recuperarse en las últimas.
Si decidís enfrentaros a Flavia de los extraños talentos, podéis esperar encontraros con un ingenioso y tenebroso sentido del humor que, si os gusta, os atrapará desde las primeras páginas. Os sumergiréis a continuación en una investigación llevada a cabo por una niña de 11 años (capaz de ruborizar hasta al más experimentado inspector) y, para finalizar... bueno, eso os lo dejo a vosotros.
3,5
Hace tiempo que tengo ganas de leer este libro pero con tanto pendiente siempre se va quedando rezagado, aunque algún día sin duda lo leeré
ResponderEliminarbesos
Tengo ganas de leerlo, pero estoy como Tatty, que tengo tanto amontonado para leer... jajajaj ya le llegará el turno! =)
ResponderEliminarBesotes
Pues no lo conocía pero me ha hecho gracia que experimente con sus hermanasXDD
ResponderEliminarMe lo apunto, gracias por descubrirmelo :D
Besotes!
Muy buena reseña, a mí me encantó este libro, y también su continuación.
ResponderEliminarBesos.
No conocía este libro. Suena interesante. No será una obra maestra, pero tiene algo :) ¡Hala! ¡A la wishlist! :D
ResponderEliminarComo le escribí a otra compañera bloguera ... "A este paso, vivo debajo de un puente" :D
Saludos gatunos. Miaaau!!!
Pues me ha gustado y creo que se de alguien a quien le va a encantar!
ResponderEliminarBesos y gracias por el descubrimiento