"Sopla viento, un viento que viene del mar y deja un regusto a sal en los labios. El anciano se relame para saborearla. Se ha puesto toda la ropa que le dio la mujer del muelle al día siguiente de su llegada. Una camisa, tres jerséis, un abrigo de lana que le queda un poco grande, un impermeable y, por último, una gorra con orejeras. Así vestido, parece una especie de espantapájaros hinchado. A la niña también le ha puesto toda la ropa que pidió para ella a la mujer del muelle. Se diría que lo que el señor Linh lleva en brazos es un enorme balón oblongo.
-¡No vaya a perderse, tío! ¡Esta ciudad es muy grande!- le gritaron las mujeres, sonriendo, cuando se disponía a salir.
-¡Cuide que no le roben a la niña!- añadió una de ellas, y todos se echaron a reír, las mujeres, sus hijos y sus hijas."
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SINOPSIS
Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor. |
Después de un tiempo con esta novela en mi lista de deseos por las entusiastas críticas que había leído, llegó finalmente a mis manos como regalo la pasada Feria del Libro.
La he llamado novela, pero una vez leída me ha parecido más bien un cuento largo. Tiene una longitud perfecta que evita que su ritmo algo lento llegue a resultar pesado. Eso lo convierte, por el contrario, en un texto ideal para una lectura tranquila y agradable, sin muchos giros.
Su punto fuerte es la ternura que transmite a través de las relaciones entre los personajes, particularmente entre los tres principales: el abuelo, su nieta, y el hombre grande que ambos conocen en un banco. Para el señor Linh ese señor se convierte, junto con su nieta, en lo más importante de su nueva vida, solo y alejado de su tierra como se halla, e inmerso entre los edificios y los ríos de gente que recorren la ciudad costera a la que ha llegado en barco.
Entre esto y lo que cuenta la contraportada no me atrevo a añadir más, tan sólo que lo mejor está en el final, el único gran giro que contiene este "cuento" y que sorprende y conmueve a partes iguales.
Admito que esperaba más de esta novela, tal vez la había idealizado en exceso por todas las alabanzas que estaba recibiendo. No ha sido la fantástica lectura que esperaba, pero al fin y al cabo, dada su longitud no se le puede exigir tanto.
Sin más, un bonito cuento, escrito con sensibilidad y con un final al que merece la pena llegar.