Me daba pereza tener un libro más que leer, aunque en el fondo supiera que me podía gustar. Por eso dije "Dejémoslo en manos del sino" en la reseña de Tizire. Y ella repuso "Que el destino decida", y el destino decidió: no mucho tiempo después, eligiendo lectura en el bibliobús, se me cruzó. Lo miré con recelo, lo cogí, lo volví a dejar, busqué un poco más, cogí otro, me lo quedé, volví a Nos vemos allá arriba, y también me lo llevé por si acaso, acordándome de esa reseña leída días atrás. El otro terminé por no leerlo, pero este... ahora voy contando. Aviso que va a ser difícil, porque hay multitud de detalles en la trama que hacen muy jugosa la lectura y que, aunque alguno puede deducirse de la sinopsis, yo recomendaría ir descubriendo por el camino.
Menudo inicio, no me esperaba algo tan intenso. Yo no soy muy sensible para estas cosas, pero creo que las escenas que se relatan en las primeras páginas, para alguien con una imaginación muy viva y una empatía muy desarrollada, son bastante crudas. Me dejaron pegada al libro y entusiasmada como hacía tiempo que no lo estaba con una lectura. En ello influyó también el estilo de Lemaitre, bastante particular. Me encanta encontrarme con formas de narrar que se distinguen de lo habitual, y en la prosa de este autor sí que se nota un punto distinto, una cercanía con sus personajes, un desparpajo, un humor, una elegancia...
Me fui inflando e inflando de satisfacción, y después me tuve que desinflar un poco, porque tanto la narración como la historia narrada fueron perdiendo fuelle. A mí me interesaban mucho las andanzas de los soldados Albert y Édouard, los primeros personajes que se perfilan en esta historia. En poco tiempo se empatiza con ellos y se quiere saber más, pero Lemaitre nos los quita y empieza a hablarnos de otros que no nos caen tan bien, como el teniente d'Aulnay-Pradelle y varios más que vamos conociendo conforme avanza la trama. Así por sorpresa se convierte en una novela coral, que de capítulo en capítulo va saltando de un personaje a otro y narrando desde diferentes puntos de vista, aunque sin perder el narrador su omnisciencia.
Todo empieza con el final de una guerra, pero el grueso de lo contado se centra en lo que pasa después. Está ambientada en París y, si bien hay parte de realidad en algunos hechos (según aclara el autor en una nota al final), lo que nos ofrece Lemaitre es una historia de enredos, en ocasiones algo rocambolesca. No enredos amorosos, que también los hay, y a mi parecer muy acertadamente manejados, sino enredos de la vida, la de los que siguen adelante y la de los que se quedaron atrás, muchos enterrados no se sabe bien cómo ni dónde. Así que, después del golpe de efecto en las primeras páginas y de colocar los hilos en las siguientes, parece que poco a poco regresa lo bueno, que es cuando empiezan a liarse la madeja.
"Sabía que la guerra no era otra cosa que una inmensa lotería de balas en la que sobrevivir cuatro años era sencillamente un milagro."
Algunos de los que siguen adelante lo hacen a duras penas. Albert y Édouard, después de arriesgar la vida en la guerra (y de qué manera) quedan en una situación muy precaria y tienen que acudir al ingenio para sobrevivir, y hacerlo sobreponiéndose a las secuelas que en ellos ha dejado la contienda. Albert, el más afectado psicológicamente, es un joven de paciencia infinita que tiene que luchar contra su propia bondad para realizar actos poco éticos que les permitan seguir con vida a él y a su compañero Édouard. Este, con menos escrúpulos, proviene de estratos más altos de la sociedad, pero debido al suceso trágico con el que se inicia la novela deja atrás a su familia y se abandona a los cuidados de Albert.
Por otro lado está la familia de Édouard, su padre y su hermana Madeleine, y el teniente d'Aulnay Pradelle. Todos ellos también se traen planes entre manos, cada uno tiene ambiciones y preocupaciones que les mueven en una u otra dirección, interconectando también sus vidas. Otros personajes más secundarios, se me ocurre uno en particular, tampoco tienen nada que envidiar a los principales, y unos y otros protagonizan escenas que me han dejado, literalmente, con la boca abierta y, menos literalmente, aplaudiendo de admiración.
Y los que se quedaron atrás: esos, lamentablemente, son manejados por los vivos incluso después de muertos. No me había parado a pensar qué pasa después de una guerra con los que perecen en ella. Las familias reciben noticia de que no van a volver a ver a sus hijos y a sus padres, y un sentimiento lógico es la necesidad de tener un lugar donde ir a dejarles flores o a hablar con su "fantasma". Nos vemos allá arriba aborda también ese proceso en el que los caídos son exhumados, identificados con mayor o menor acierto, e inhumados en un lugar apropiado a ello. O las gestiones que se llevan a cabo para levantar monumentos en su memoria. Son cosas que pueden convertirse en un negocio muy lucrativo cuando acaba de terminar una guerra...
Las letras de Pierre Lemaitre desprenden personalidad, se intuye que el autor se esfuerza por ofrecer un enfoque diferente; sus personajes, quizá ligeramente caricaturizados, están vivos, podemos leer el proceso por el cual sus sentimientos les llevan a pensar y sus pensamientos a actuar, entendemos sus maldades y admiramos sus bondades. Pese a esas páginas centrales más flojas ha merecido la pena, y al final ha sabido dar con ese toque agridulce con el que a mí tanto me gusta terminar una lectura.
Me lo están venga a recomendar.Tu reseña supone un ultimo empujon. Un beso.
ResponderEliminarMe llamó mucho cuando lo vi en el catálogo pero con tanto pendiente al final lo dejé pasar aunque entre la reseña de Tizire y ahora la tuya estoy segura de que acabará cayendo
ResponderEliminarBesos
Me recuerda mucho a una peli estadounidense de la Segunda Guerra Mundial sobre unos aviadores americanos que se prestan voluntarios en Francia pese a que su país todavía no ha entrado en guerra. No por la historia que nos cuentas, sino por el espíritu de la novela. Me la llevo. Bss
ResponderEliminarQué pedazo de reseña! Coincido contigo en todo: el principio es una pasada: yo me quedé absolutamente prendada de estas páginas, a pesar de lo duro de muchos pasajes... A mitad el libro pierde fuelle, pero creo que al final la cosa remonta y concluimos con una historia estupenda con unos personajes muy carismáticos. Me encantaron sobre todo Albert, Édouard y Merlin, qué grandes personajes! Muchas gracias por la mención, me alegra haberte puesto sobre la pista de un libro que te ha gustado tanto! 1beso!
ResponderEliminarYa había leído alguna reseña y con ésta termino de convencerme. Espero que caiga pronto en mis manos. Besos.
ResponderEliminarOh, wow, suena bastante bien, lo tendré en cuenta, gracias por la reseña :D
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que no me sonaba de nada pero me has convencido totalmente. Gracias por presentármela.
ResponderEliminarUn beso!
Me ha gustado mucho tu reseña. La anoto, no para corto plazo, que ando muy liada con otras historias, pero para más adelante.
ResponderEliminarBesines,
Está bien leer una reseña en la que se ve la parte mala. Yo ya tengo pensado leerlo, y la verdad es que cuentas puntos muy interesantes sobre el libro. Más ganas me entran ;D.
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