Y este es el tercero de los libros que comento en relación a la iniciativa Serendipia Recomienda 2015 (recomendación de Marilú Cuentalibros), y el que más me ha gustado de todos. La edición que he leído no es la última publicada por Destino, sino una de Tabla Rasa que encontré la primavera pasada en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión por un buen precio. Después de leída me enteré de que en la nueva hay cambios y al principio me dio un poco de rabia no haberlo sabido antes. Desconozco si las versiones difieren mucho pero, ¿qué más da si me ha gustado igual? Además, poco después de terminarla, alguien me pidió que le recomendara una lectura, y adivinad cuál fue la elegida. ¡Con buenos resultados!
El paso de la hélice engancha aunque no sea una novela redonda. Lo consigue porque las situaciones que nos presenta son mundanas y los personajes como nosotros. Pero además hay algo especial en el ambiente, y no solo las fantasías que evocan los libros que rondan por la trama, sino los paisajes y los habitantes de ese pueblo del Pirineo lleno de misterios en el que se desarrollan la mayoría de los acontecimientos.
Es una ópera prima y se puede intuir; el lenguaje es sencillo y, por decirlo de alguna manera, "típico": no sorprende en la construcción de la prosa ni creo que el autor hubiera encontrado todavía una voz propia. En una ocasión, mientras estaba leyéndolo en el metro, la persona que me acompañaba miraba las páginas de reojo y me comentó que le daba la impresión de haber leído lo mismo cientos de veces. Quizá algo exagerado, pero cierto en parte. Hay libros que basta abrir al azar para enamorarse de la fuerza y la originalidad de sus pasajes, y este no es uno de ellos.
Me esperaba algo diferente a lo encontrado. Creía que era una historia con elementos mágicos, o surrealistas... No sé por qué me creé esa imagen en la cabeza, tal vez por la portada de la nueva edición, con esa nave voladora con forma de luna tan onírica. Pero mejor, porque cuanto más impredecible y desconocida me resulta una historia, más intriga y ganas de seguir leyéndola tengo. Lejos de ese surrealismo, me he encontrado con una realidad bien real. Cuando la realidad es muy real a veces duele porque es dura: hay prioridades enfrentadas que destrozan relaciones, drogas que convierten futuros felices en agujeros negros, muertes que persiguen a escondidas y raptan sin avisar a seres queridos. Aunque a veces esa dureza choca y se quiebra ante la fortaleza de las personas que son capaces de sobreponerse. No son superhéroes, sino minihéroes, esos héroes de la vida a los que se admira y se envidia un poco cuando uno se los encuentra.
Me ha gustado también el final, en el que quedan todas las tramas resueltas sin faltar sorpresas, e incluso dejando una breve resaca de pensamientos existencialistas.
Pese a no haberme parecido una obra maestra, El paso de la hélice va a lo seguro y se gana al lector despertando su empatía a través de unos personajes que parecen reales por lo humano de sus reacciones y la naturalidad con que interaccionan. Y luego está el misterio (esa niebla en su portada me lo recuerda). Pero también está el truco fácil de ser uno de esos "libros que hablan de libros". ¡Así cualquiera! En fin, ha cumplido su propósito y se lo reconozco...
El paso de la hélice engancha aunque no sea una novela redonda. Lo consigue porque las situaciones que nos presenta son mundanas y los personajes como nosotros. Pero además hay algo especial en el ambiente, y no solo las fantasías que evocan los libros que rondan por la trama, sino los paisajes y los habitantes de ese pueblo del Pirineo lleno de misterios en el que se desarrollan la mayoría de los acontecimientos.
Es una ópera prima y se puede intuir; el lenguaje es sencillo y, por decirlo de alguna manera, "típico": no sorprende en la construcción de la prosa ni creo que el autor hubiera encontrado todavía una voz propia. En una ocasión, mientras estaba leyéndolo en el metro, la persona que me acompañaba miraba las páginas de reojo y me comentó que le daba la impresión de haber leído lo mismo cientos de veces. Quizá algo exagerado, pero cierto en parte. Hay libros que basta abrir al azar para enamorarse de la fuerza y la originalidad de sus pasajes, y este no es uno de ellos.
Me esperaba algo diferente a lo encontrado. Creía que era una historia con elementos mágicos, o surrealistas... No sé por qué me creé esa imagen en la cabeza, tal vez por la portada de la nueva edición, con esa nave voladora con forma de luna tan onírica. Pero mejor, porque cuanto más impredecible y desconocida me resulta una historia, más intriga y ganas de seguir leyéndola tengo. Lejos de ese surrealismo, me he encontrado con una realidad bien real. Cuando la realidad es muy real a veces duele porque es dura: hay prioridades enfrentadas que destrozan relaciones, drogas que convierten futuros felices en agujeros negros, muertes que persiguen a escondidas y raptan sin avisar a seres queridos. Aunque a veces esa dureza choca y se quiebra ante la fortaleza de las personas que son capaces de sobreponerse. No son superhéroes, sino minihéroes, esos héroes de la vida a los que se admira y se envidia un poco cuando uno se los encuentra.
Me ha gustado también el final, en el que quedan todas las tramas resueltas sin faltar sorpresas, e incluso dejando una breve resaca de pensamientos existencialistas.
Pese a no haberme parecido una obra maestra, El paso de la hélice va a lo seguro y se gana al lector despertando su empatía a través de unos personajes que parecen reales por lo humano de sus reacciones y la naturalidad con que interaccionan. Y luego está el misterio (esa niebla en su portada me lo recuerda). Pero también está el truco fácil de ser uno de esos "libros que hablan de libros". ¡Así cualquiera! En fin, ha cumplido su propósito y se lo reconozco...
Generalmente las recomendaciones de Marilú dan en el clavo =)
ResponderEliminarBesotes
Lo he leído recientemente y también por el reto de Mónica y estoy bastante de acuerdo contigo. No es "lo más", pero sí muy entretenida.
ResponderEliminarBesucos.
Lo tengo y le tengo muchas ganas, aunque no creo que llegue a leerlo para el reto... No tenía ni idea que el contenido de ambas ediciones era diferente, pero seguro que de las dos se disfruta mucho (espero). 1beso!
ResponderEliminarYo lo que leí (creo recordar) es que cuando publicó con Destino el autor hizo una revisión y modificó alguna cosa. No sé hasta qué punto los cambios serán importantes...
EliminarHay muchos libros interesantes en el reto, ¡es difícil decidirse!
Besos =)
Tienes razón, no es una obra maestra ni un libro redondo. Es desigual, pero es un libro que deja más huella de la que parece cuando lo lees.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Tú crees? A mí me parece que no es de los que dejan mucha huella. Al creo que se me está borrando poco a poco. Quizá lo que más recuerdo es la parte de los árboles-ataúd. Eso sí, también empecé a ver de un modo algo distinto el mundo de las drogas. Abrazo!
EliminarMe alegro que te vaya tan bien el reto Serendipia :-) Es que las recomendaciones de Marilú son estupendas siempre. Además hemos coincidido en lectura porque publiqué hace poquito la reseña de esta misma novela en mi blog, la leí el mes pasado. Coincido contigo en los puntos fuertes y débiles que señalas. Un beso.
ResponderEliminarSí, ya leí tu reseña y te comenté (me ha dado la impresión por este comentario que no relacionas mi perfil con el blog jeje).
EliminarUn beso =)
Ya decía yo que este libro me sonaba. Imagino que habré leído la reseña de Marilú o ella me ha hablado de él. Besos.
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