domingo, 2 de diciembre de 2012

La caída de los gigantes; de Ken Follet

"Grigori descubrió que la certeza de que alguien estaba haciendo todo lo posible por matarte resultaba terriblemente angustiante. Se sentía como si le hubieran dado una malísima noticia pero no pudiera recordar cuál. Tenía la alocada fantasía de cavar un agujero en el suelo y esconderse dentro."
SINOPSIS
Una gran novela que narra la vida de unas familias americanas, británicas, rusas y alemanas con el trasfondo de la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa y los profundos cambios sociales que éstas conllevaron. La historia empieza en 1911, el día de la coronación del rey Jorge V en la abadía de Westminster. El destino de los Williams, una familia minera de Gales, está unido por el amor y la enemistad al de los Fitzherbert, aristócratas y propietarios de minas de carbón. Lady Maud Fitzherbert se enamorará de Walter von Ulrich, un joven espía en la embajada alemana de Londres. Sus vidas se entrelazarán con la de un asesor progresista del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, y la de dos hermanos rusos a los que la guerra y la revolución les ha arrebatado su sueño de buscar fortuna en América.
La Primera Guerra Mundial, o la Segunda, o la Guerra Civil, o cualquier tema similar, me dan mucho miedo. En la mayoría de las ocasiones huyo de tales historias, por la sencilla razón de que no suelen despertar mi interés lo suficiente como para mantenerme emocionalmente pegada a la lectura. Tal vez por ello La caída de los gigantes aguardaba en la estantería sin que le prestara atención. Lo único que me atraía de él era que estaba escrito por Ken Follet. Creo que por eso, y porque la editorial me ofreció la segunda parte, me decidí finalmente a lanzarme a la aventura. No es el mejor libro que he leído, y me cautivaron mucho más Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin. Sin embargo, sí que posiblemente haya sido aquél con el que más he aprendido en toda mi vida (dejando a parte los libros de texto, por descontado).

Me hacía mucha falta aprender Historia. En mi época escolar, la asignatura me gustaba dependiendo de la pasión con la que el profesor la explicara, pero por lo general me costaba horrores memorizarla. Por eso le cogí un poco de manía con el paso de los años, y ahora que lo he ido olvidando todo soy prácticamente inculta en ese ámbito. En este sentido, La caída de los gigantes ha logrado de forma más que satisfactoria despejar un poco de la niebla que ocultaba a mis ojos ese mundo misterioso que es el Pasado.

Los personajes que Ken Follet nos presenta en esta pantagruélica historia dentro de la Historia, se distribuyen en un amplio abanico de clases sociales y se reparten por diversos puntos del Planeta, logrando así mostrar una visión del acontecimiento que narra desde distintos planos, y distintos planos son los que hacen falta para conformar una visión en tres dimensiones, a lo grande, completa.

Es inevitable ver mucho de Los pilares de la Tierra o de Un mundo sin fin (en definitiva, del Ken Follet "bestselleriano") en esta novela. Al igual que en las mencionadas, el tiempo transcurre rápido, de mes en mes, de año en año, y da la impresión de que los personajes crecen y evolucionan a velocidad de vértigo, triunfan y fracasan. Al final, los que estaban en lo más alto pueden haber caído; los que estaban hundidos, haber llegado a la cima. Tanto ideológica como físicamente, los personajes se "mueven". He ido dándome cuenta de que algo que me gusta mucho en una novela es ver cómo un personaje lucha por medrar, y gracias a su tesón y a su ingenio lo consigue, tras un largo proceso de caerse y levantarse. 

Otro punto en común que he notado es el modo en que Follet crea personajes femeninos y, mientras leía el libro y veía al mismo tiempo la serie de Un mundo sin fin que emitía el canal cuatro, esto se me ha hecho evidente y no podía evitar equiparar el carácter de unas con el de otras. Por ejemplo, Ethel me recuerda un poco a la Gwenda de Un mundo sin fin, salvando las distancias del contexto histórico. Son mujeres fuertes y seguras, con carácter, luchadoras, valientes ante las adversidades y ante los hombres.

También los temas del amor y del matrimonio son recurrentes, habiendo personajes que se enamoran perdidamente más allá de cualquier obstáculo, pero también amores imposibles, rupturas, idas y venidas... incluso evolución en los sentimientos de unos personajes por otros. Todo bastante humano y real, excepto tal vez ese amor incondicional, casto, puro, fiel, eterno y perfecto de cierta pareja que todos los que habéis leído el libro conocéis, y que a los que no lo hayan hecho prefiero no desvelar. Que me parece muy bonito, sí, pero... ¿de verdad un ser humano puede resistir tanta incertidumbre y tiempo de separación sin cometer ningún desliz? Lo que sí me pareció real de verdad es la noche de bodas; me divertí mucho leyéndola.

Los personajes se van construyendo a través de sus acciones, pero creo que de no ser porque la longitud del libro obliga a pasar mucho tiempo con ellos, se hace un poco dificultoso encariñarse. Me gusta la forma en que Follet introduce la historia con un Billy niño, aquel Billy que una vez terminada la novela nos parece tan lejano, igual que las fotos de nuestra propia infancia. Billy vive en Aberowen, un pueblo de Gales, y pertenece a una familia de mineros. Cobrarán protagonismo él, primero como minero y después como soldado; y su hermana mayor Ethel, inteligente y organizada, que comenzará trabajando de ama de llaves para el conde Fitzherbert. Fitz, propietario de las minas de carbón, está casado con una princesa rusa y es un hombre atractivo físicamente, pero no tanto ideológicamente; no obstante, poniéndome en su punto de vista podía ser capaz de comprender algunas de sus acciones y no considerarle del todo malvado... Su hermana Maud es otra luchadora, de ideología algo contraria a su hermano, sin ser ello óbice para que la relación entre ellos sea cordial.
La trama alemana se centra en Walter von Ulrich, que sólo puedo describir como un hombre con mayúsculas. En segundo plano se hallan sus padres, especialmente el progenitor, Otho, al que no se pueden aplicar los mismos buenos adjetivos que a su hijo. Siendo Walter un personaje extremadamente fácil de hacerse querer, me pregunto si será un recurso del autor para contrarrestar una posible predisposición por parte del lector contra los alemanes, por las connotaciones negativas que puedan despertar sus antecedentes históricos.
En Rusia despuntan los hermanos Peshkov, Grigori y Lev, el bueno y el malo. Grigori es tonto de pura bondad (cierta escena de este personaje me enfureció hasta el punto de soltar tacos), aunque parece que va madurando progresivamente. Y, bueno, Lev es tonto también; es alguien que se deja llevar por sus impulsos más primitivos y por eso le pasa lo que le pasa, aunque también tenga más suerte de la merecida. Ambos comienzan trabajando en una fábrica de ferrocarriles, y posteriormente sus vidas se separarán. De la mano de Grigori viviremos la revolución bolchevique y conoceremos al mismísimo Lenin, una de las partes que más me ha gustado por todo lo que he descubierto del tema.
Finalmente Follet nos lleva a Estados Unidos y a la Casa Blanca, donde Gus Dewar asesora al presidente Wilson y, en sus ratos libres, busca esposa y se enamora, unas veces de verdad y otras de mentira.

En toda la novela no faltan escenas de la vida privada y sentimental de los personajes, pero también hay numerosas conversaciones políticas que se me hacían muy pesadas porque no conseguía comprenderlas en su conjunto; me refiero muy especialmente a las complicadas relaciones entre países, amenazas y tejemanejes que finalmente condujeron al desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial. La conclusión a la que he llegado ha sido que todo fue muy enrevesado y mucha gente se opuso pero, de forma parecida a cuando una persona se pone furiosa y no piensa lo que hace, finalmente ocurrió lo peor, pero a lo grande. Las descripciones de la guerra en sí me han resultado muy interesantes; tenía un concepto más primitivo de trinchera, pero resulta que en algunos casos eran casi como cuevas o refugios muy profundos e incluso comunicados. Follet describe perfectamente y de forma muy ilustrativa el sistema de "guerra de trincheras" y el ambiente desolador que se respira entre los soldados del frente. Es otro punto fuerte de La caída de los gigantes con el que me quedo, a parte de la revolución bolchevique.
Me gustó la técnica que sigue el autor para escribir, y que cuenta en una nota en las últimas páginas:
"Mi regla es: o bien la escena sucedió, o bien podría haber sucedido; o se pronunciaron esas palabras, o se podrían haber pronunciado. Y si encuentro algún motivo por el que la escena no podría haber tenido lugar en la vida real, o por el que las palabras no podrían haberse pronunciado —si, por ejemplo, el personaje se encontraba en otro país en ese momento—, la elimino."
En definitiva: que Follet es un maestro a la hora de construir historias es indudable y, aunque se haga un poco densa en ocasiones, la novela es recomendable por su sabia mezcla de entretenimiento y didáctica. Así que, aunque no es del todo atrapante, otros motivos la hacen merecedora de los "cuatro libritos":


10 comentarios:

  1. Lo lei hace un par de meses y me encantó, para mí fue muy entretenido en todo momento y me ayudó a profundizar un poco más en la historia de estos años, coincido contigo en el personaje de Walter von Ulrich, esa pareja es la que más me gustó
    besos

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  2. Coincido en muchas cosas contigo.
    En el instituto la asignatura de historia también dependía mucho de quien me la enseñase, es más, recuerdo con mucho cariño a un profesor que me dio la revolución francesa y me acuerdo de prácticamente todo. Así era de bueno. Y del resto no tengo ni idea, aunque ahora me ha dado por la Segunda Guerra Mundial *-*
    Es imposible no compararlo con Los pilares de la tierra, pero la verdad es que me ha encantado, por eso que comentas, que además de leer, estás aprendiendo casi sin darte cuenta. Y las protagonistas femeninas. ¡Qué grandes son! Es una de las peculiaridades que más me gustan de Follet^^
    A ver que tal el segundo, un besote!

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  3. Me gustó, aunque reconozco que se hizo lento en algunos momentos de la parte central. Si tengoq ue elegir sin duda El invierno del mundo
    Besos

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  4. Qué ganas tengo de ponerme con él =)
    A ver si me quito libros pendientes y ataco!

    Besotes

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  5. Hola, no conocía tu blog, te sigo ;)

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  6. A mi me gustó mucho el libro. Después de Lo pilares de la tierra y Un mundo sin fin tenía "miedo" a leer algo de Follett por si me decepcionaba. Además la temática, no me llamaba. Yo leo guerra mundial y huyo despavorida xD Pero al final lo leí y no podría estar más satisfecha.

    Si que no noté eso que dices sobre encariñarse con los personajes... Demasiados saltos, como para hacerlo, pero aún así, tengo un cariño especial por Ethel, junto con la de Grigori, la que más me llamó la atención. Que si, que Grigori es tonto, y me daban ganas de hacerle espabilar de un guantazo, pero se le coge cariño (aunque no tanto como a Walter, al que además me imaginaba como a Michael Fassbender xDD)

    Otho me cae muy mal, pero mi odio/desprecio infinito se lo lleva el Conde Fitzherbert.
    Su hermana lady Maud, no me gusta. No sé por qué. Probablemente debería. Pero a veces me irritan sus formas xD.

    Sobre el argumento, me pareció muy interesante la parte del sufragio femenino.

    Me ha gustado mucho la reseña =)

    Un beso,

    Morrigan

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  7. @Morrigan y Dark HeartPues no creas, que a mí tampoco me convencía Maud; sólo a ratos. Tenía la sensación de que algo se le había pegado de su hermano. O a lo mejor, simplemente, tenía celos de ella... como seguramente te pase a tí, admítelo. =P

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  8. Yo me lo compré estas navidades y la verdad es que me tiene enganchada!! Por cierto, que lo compré con un descuento de Casa del Libro, por si queréis aprovechar para otros: http://bit.ly/casadellibroene Un saludo!

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