lunes, 12 de agosto de 2013

El Gran Juego; de Leticia Sánchez Ruiz

"Todos somos muchos, todos dependemos del observador para convertirnos en el observado. No fingimos, simplemente nos transformamos, como si los demás fueran la gota que penetra en nosotros cambiando la sustancia de la que estamos hechos."
SINOPSIS
Misterioso, callado y taciturno, de Jorge Perotti se decía que había heredado una gran fortuna. Sin embargo, ninguno de los parroquianos que lo saludaban todos los días en el bar de la calle La Luna había intimidado demasiado con él. Su única amiga era una niña de diez años, hija de los propietarios del bar, a quien él llamaba tiernamente Cucurucho. Cuando Perotti murió, ya centenario, sus últimas palabras fueron: << El Gran Juego. Sólo quiero volver al Gran Juego>>. Y el Gran Juego es la herencia que dejará a la pequeña Cucurucho: una serie de pistas encadenadas que la niña deberá resolver en compañía de su hermano mayor, Cosme, y que a la postre se convertirá en la gran aventura de su vida. Combinando con sorprendente maestría la delicadeza de la memoria generacional y la emoción de la novela de aventuras, la fantasía y la cotidianidad, Leticia Sánchez destila en El Gran Juego, su segunda novela, un homenaje a esas apasionantes lecturas de todas las épocas y para todas las edades –desde Lewis Carroll a Julio Verne– que en algún momento nos contagiaron el placer de leer.
Unas expectativas algo altas eran las que había volcado en esta novela cuya sinopsis despide un intenso olor a entrañable. Hace mucho, mucho tiempo, que empecé a leer alguna que otra crítica positiva, y se me metió entre ceja y ceja que tenía que hacerme con ella. Al final fue un regalo de cumpleaños que recibí con gran ilusión y, no hace mucho, una lectura que llevé a cabo con paulatino desencanto.

Por alguna razón me había imaginado que la novela se centraría en la parte que más me llamaba la atención: la peculiar relación entre una niña pequeña y un viejo refunfuñón que termina encariñándose con ella. Sin embargo ya en las primeras páginas fallece Perotti, ese personaje que tanto había llamado mi atención en la sinopsis. Entonces, si bien a veces se narran escenas de su pasado, la mayor parte del tiempo la autora se dedica a contarnos el tiempo posterior a esa muerte, su asunción por parte de "Cucurucho" y la vida del día a día de su familia y de los habitantes del barrio, que giran en torno al bar de los padres de la pequeña, mientras ella y su hermano Cosme van entrando secretamente en algo desconocido llamado el "Gran Juego".

Los personajes están bastante bien conseguidos, aunque la trama principal se veía diluida por las irrupciones esporádicas de las vidas de secundarios que no captaban en absoluto mi atención. Leía esas páginas deprisa, deseando volver a saber sobre Cosme y su pequeña hermana, acerca de esas notas secretas que les iban llegando, con crípticas pistas escritas en letras góticas. Sin embargo, poco a poco, hubo algunos personajes, de los que acudían todos los días al bar de la calle La Luna, que empezaron a perfilarse mejor y a tomar partido, de un modo disimulado y misterioso, en ese "Gran Juego" (que algo importante parecía). Por ejemplo la familia Lumpén, cada cual con su particularidad: el hermano mayor como periodista, el pequeño como mejor amigo de Cosme, y la melliza de este como... ¿amor de juventud? Empiezan a establecerse relaciones interesantes, aparece el factor amor, el factor clase social, el factor traición, el factor confianza, el factor duda. Es entonces cuando la novela se vuelve algo más interesante; al menos, agradable de leer

Como escenario destaca el lugar reflejado (con más o menos fidelidad) en la bonita portada del libro: la buhardilla de Perotti. Es un habitáculo en el que seguro a muchos nos gustaría entrar. Allí vivía el viejo, rodeado de una colección variadísima de objetos, una cama y un rincón para cocinar y hacer sus necesidades. Se convierte en el refugio de Cosme y su hermana, en el "cuartel secreto" de sus investigaciones en torno al "Gran Juego" (que es el legado de Perotti a su querida, queridísima Cucurucho), y en él se entretienen mirándolo todo, encontrando cada día algo nuevo (paraguas negros, brújulas, relojes, libros, baúles, gramolas, antiguos instrumentos para medir el clima...). Y descifrando.

La ambientación me ha gustado; es otro de los puntos fuertes. Se siente la ciudad (creo que no se menciona cuál es), que es costera; se siente el invierno cuando llega, con su frío y su nieve; se siente el ruido del bar y el humo del tabaco y el de la cocina; se siente la navidad, cómo la pasan unos y otros...

La narradora es la hija de Cucurucho, por lo que se refiere continuamente a ella como "mamá", a Cosme como su "tío" y a los padres de ambos como el "abuelo" y la "abuela". La prosa es sencilla y su belleza radica más bien en lo que nos cuenta y en la forma en que lo hace, con ese toque inocente y tierno que los niños dan a las historias, aunque no sean los narradores directos de la misma. Sin embargo, no me queda más remedio que destacar la presencia de erratas porque, aunque estas son pocas, se concentran sobre todo al inicio de la novela y afortunadamente van desapareciendo, hay algo que me ha hecho llevarme literalmente las manos a la cabeza y buscar en el diccionario de la RAE por si era yo la equivocada: "osco", sin "h". Que sí, que al parecer también existe, pero me temo que con un significado que no se correspondía con el contexto...

Y para finalizar, qué mejor que hablar del final. A lo largo de toda la lectura el principal misterio es: ¿qué es el "Gran Juego"? Ése es el interrogante que el lector espera le sea respondido y, desgraciadamente, a mí la respuesta no me dejó satisfecha. ¿Por qué? Si tuviera que dar una explicación, aunque me es algo difícil, diría que porque me ha parecido demasiado etérea, demasiado basada en sentimentalismos y al mismo tiempo algo insustancial; es decir, poco consistente. Vamos, que el desenlace no me ha cuajado del todo.

No es una lectura nada trepidante sino tranquila y, en todo caso, agradable. De El Gran Juego me quedo con la buhardilla de Perotti, con algunos personajes (no los he mencionado todos, pero hay algunos ciertamente especiales) y con ese ambiente envolvente de ciudad gris.

3,5

8 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de leerlo, la portada me encanta además =)

    Besotes

    ResponderEliminar
  2. La portada me parece preciosa, y eso de los personajes curiosos y especiales me llama mucho la atención, aunque lo de que es un poco lenta me tira para atrás en este momento.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. A mí sí que me gustó, quizás porque no había leído ninguna opinión que me influyese. Me pareció una buena historia y la ambientación me encantó
    besos

    ResponderEliminar
  4. WOW la portada es realmente hermosa, me ha gustado mucho, espero conseguir el libro pronto, un saludo y ya sigo tu blog :) Nos leemos pronto

    ResponderEliminar
  5. Pues esta vez no termino de convencerme con la historia. Me da la sensación de faltarle algo que enganche al lector.
    Creo que.. no salgo a por ella.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Es exactamente eso lo que ocurre, @mientrasleo: algo le falta.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Jo la portada me encanta, me encanta!
    El contenido...bueeno, la verdad es que me lo esperaba un pelín mejor.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  8. Esa buhardilla de Perotti es lo que a mí me ha atraído de esta novela al ver la portada aquí, así que es una pena que se pierda algo de su importancia al desaparecer su dueño tan pronto.
    Ay, esas erratas horrorosísimas, jejejeje.
    Besotes juguetones.

    ResponderEliminar