viernes, 6 de febrero de 2015

Un mundo soñado; de Grace McCleen

"Padre dice que de todas formas cualquier día alguien hará explotar el mundo, o el dinero dejará de tener valor, o un virus nos exterminará a todos, o el agujero del tamaño de Groenlandia de la capa de ozono alcanzará el tamaño de Australia. De modo que es una suerte que llegue el Armagedón y ya no quede nada de este viejo mundo. 
Y a mí me parece que eso es bueno porque los osos polares se están muriendo de hambre y los árboles se están muriendo y si dejas una bolsa de plástico por ahí no desaparece nunca y la tierra ya está harta de bolsas de plástico. Y porque en el nuevo mundo veré a mi madre. "

SINOPSIS
Distinguida con el Desmond Elliott Prize 2012, esta audaz y conmovedora primera novela de la escritora galesa Grace McCleen fue recibida con ferviente entusiasmo por la crítica literaria del Reino Unido y sin duda permanecerá en el recuerdo del lector durante largo tiempo. 
 El personaje central es una niña extraordinaria en una situación extraordinaria. Huérfana de madre desde su nacimiento, Judith vive atrapada entre dos mundos excluyentes. Por un lado su padre, un fundamentalista cristiano que recorre las calles predicando la verdadera fe y le impone una rigurosa disciplina anclada en el pasado. Y por otro la escuela, donde su carácter peculiar incita las burlas y agresiones de sus compañeros. Para evadirse, Judith ha construido en su habitación una réplica de su ciudad con figuritas de alambre, un cielo de gasa, un arco iris de brillante papel de caramelos y muchos otros elementos rescatados de la basura: un auténtico refugio donde dejar volar la imaginación. Así, cuando, al día siguiente de haber simulado que la nieve cubría su poblado en miniatura, una nevada verdadera cae prematuramente a comienzos del otoño, Judith se cree capaz de obrar milagros. A partir de ese momento, una serie de coincidencias entre los juegos de la niña y determinados hechos que ocurren a su alrededor refuerzan su misticismo y la aproximan peligrosamente a la delgada línea que separa la realidad de la ficción. 
Seleccionada por la cadena de librerías Waterstones como uno de los nuevos talentos literarios de su país, McCleen ha escrito una historia de suspense creciente que brinda al lector la posibilidad de asomarse al opaco universo del fundamentalismo religioso, donde la fe y la razón libran una batalla despiadada. La asombrosa voz de Judith, su mirada inocente y carente de prejuicios otorgan al relato una perspectiva fresca y diferente que emociona e invita a la reflexión.

Lo primero que me llevó a fijarme en Un mundo soñado fue la perspectiva infantil desde la que está escrito, algo que siempre ayuda a redescubrir la realidad. Pero es que además la pequeña Judith es hija de un hombre religioso que le ha inculcado sus creencias, lo cual otorga una vuelta de tuerca más a esa perspectiva y obliga a hacer un esfuerzo extra por entender la forma de razonar de los personajes. Así que estamos una novela que da qué pensar. A mí me ha hecho pensar en cómo es posible que la gente crea determinadas cosas. ¿Qué clase de argumentos habrá dentro de las mentes de esas personas? 

Cuando eres niño, puede ocurrir que tu realidad sea la que te transmiten tus mayores. Si tu padre te dice que se va a acabar el Mundo, tú te lo crees. También te crees que cuando se acabe, Dios te llevará, si has confiado en él y en su existencia, a la "Tierra de la Decoración", un paraíso donde te reunirás con una mamá a la que echas de menos desde que murió. 

Esta historia comienza de una manera a la que no me pude resistir. Su comienzo me dijo: "léeme porque estoy escrita de un modo que te va a encantar". Empieza con Judith contándonos el proceso de la Creación, el suyo particular:
Al principio había una habitación vacía, un poco de espacio, un poco de luz, un poco de tiempo.
Dije: «Voy a hacer campos», y los hice con manteles individuales, alfombra, pana marrón y fieltro. Luego hice ríos con papel crepé, celofán y papel de aluminio reluciente, y montañas con papel maché y corteza de árbol. Y miré los campos y miré los ríos y miré las montañas y vi que todo era bueno.
Y así es como poco a poco va formándose un pueblo en miniatura en el cuarto de Judith, un pueblo cuyos habitantes no pararán de crecer e incluso de moverse de un sitio a otro por mano de su creadora, sufriendo las inclemencias del tiempo y de la vida que esta con su propia mano inocente desencadena... ¿o son solo coincidencias? Todo empieza el día que hace que nieve en su pueblo de juguete, y a la mañana siguiente encuentra que la nieve adorna el paisaje tras la ventana de su cuarto. La niña empieza a sentirse culpable porque ella no debería hacer esas cosas, porque los Milagros sólo los puede hacer Dios, pero es que además los "milagros" se le empiezan a ir de las manos, y cada vez que intenta contárselo a Padre, este se enfada.

Parece que no hay muy buena comunicación entre Judith y su estricto progenitor. Las cosas empiezan a ponerse difíciles para ambos: para él, que por sus convicciones religiosas se niega a secundar la huelga en su trabajo, y para ella, que es vista como una niña rara por sus compañeros del colegio, y recibe algo más que burlas.

¿Está bien logrado el "modo infantil"? Yo diría que la narración no casa con una niña que (me parece) ronda los diez años. Lo cual, la verdad sea dicha, me ha dado exactamente igual. Me han gustado demasiado las letras de Grace McCleen, así que bienvenida sea la licencia literaria que se ha tomado. Su estilo es limpio, tierno, sencillo, poético, puro... No importa. Es algo tan personal que no acierto a describirlo, y puede que otro lector esté completamente en desacuerdo conmigo.
En cuanto a la parte más superficial de la estructura, es uno de esos textos divididos en capítulos cortos con títulos atractivos, y se salta de uno a otro casi sin darse cuenta.

Hay algo de thriller psicológico en Un mundo soñado, porque al final uno ve a Judith hablando con Dios (que a veces más parece el Diablo) y se pregunta si se está volviendo loca esa pobre niña constreñida por su entorno. El lector se pregunta, también un poco, si se está volviendo loco él mismo. Y no sabe cómo puede acabar eso, pero cada vez pinta peor. Porque los personajes y sus circunstancias evolucionan de una manera que asusta.
No tenía mucha gente con la que hablar excepto Padre, así que empecé a hablar con Dios. Siempre pensé que tarde o temprano me contestaría. Me lo imaginaba como una llamada telefónica de larga distancia. El cable estaba deteriorado, había pájaros posados en él y hacía mal tiempo, y por eso no entendía qué me decía la otra voz, pero nunca dudé que al final lo entendería. Y un día los pájaros echaron a volar, dejó de llover y yo lo entendí.
Esta novela, con un tinte autobiográfico, me mantuvo interesada durante todas sus páginas un poco por su escritura y otro poco por querer descubrir dónde empiezan y dónde acaban los extremos de una ideología tan arraigada. ¿Algo malo? Sí, quizá durante algunos tramos puede hacerse repetitiva. Pero eso también es una forma de lograr que la atmósfera sea un poco asfixiante...

10 comentarios:

  1. A pesar de que esa perspectiva infantil siempre hace que me piense dos veces si coger un libro este tiene muy buena pinta y no me importaría leerlo.

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    1. La perspectiva infantil está ahí, pero el lenguaje, pese a su candidez, no me ha parecido propio de una niña. Aún así, esa forma de expresarse fue una de las cosas que más contribuyó a que me enganchara...

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  2. En mi opinión, tiene muy buena pinta. La anoto. Un beso.

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    1. No es perfecta, pero a mí me pareció diferente y, como suele decirse, "fresca". Ni muy sencilla ni complicada, y con un fondo interesante. Un beso!

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  3. No conocía este libro pero me ha llamado mucho la atención, ya solo con su portada me hubiera parado en él y por lo que cuentas creo que merece la pena
    Besos

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    1. A mí por lo menos me enganchó, y no es algo que me sea fácil últimamente, lo de engancharme a un libro... A ver si le encuentras hueco y nos cuentas. Un beso.

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  4. Siento debilidad por los libros de Salamandra, así que supondrás que éste me ha llamado inmediatamente. No lo conocía y tiene un argumento suculento, así que... Bueno, mejor no digo nada, que tengo muchos pendientes por leer. 1beso!

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    1. Yo también me estoy dando cuenta últimamente de que los libros de Salamandra suelen gustarme... Tú no digas nada, no, tú mira para otro lado, que acabarás como yo con "Nos vemos allá arriba". ;P Un beso!

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  5. Bueno me lo llevo, de cabeza =)

    Besotes

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  6. Lo tengo entre mis pendientes desde hace tiempo, pero después de leer tu reseña, creo que lo voy a subir unos cuantos peldaños en mi lista. Un beso.

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