-Fulgen...
-¿Lo entiendes, verdad?
-Fulgen... ¿Y si echamos otro?"
Terminé de leer Intersecciones y sentí unas ganas irrefrenables de reseñarlo. Pero no podía. El tiempo brillaba por su ausencia. Así que abrí una pequeña válvula de escape y opiné en Amazon. Temía que todo lo que me había inspirado se desvaneciera...
Pero no, aquí sigue. Como el primer día. O mejor, algo menos apasionado. Es preferible poner un poco de distancia, que luego corres peligro de ponerte demasiado entusiasta, entusiasmar a los demás, y... las expectativas, que es malo que suban mucho. No vaya a ser.
Hay una palabra con la que se pueden resumir las dos novelas publicadas hasta el momento de este autor: entrañables. Hace tiempo que encontré las obras de Pablo de Aguilar Entre montones de libros y me animé con su novela Los pelícanos ven el norte, pero Mientrasleo (a cuyo "club" voy a unirme) no se rinde, y a causa de su insistencia decidí hacerme también con Intersecciones. No fue un acto a ciegas: la recomendación hubiera caído en saco roto de no ser porque me encantó el estilo de Pablo en Los pelícanos. Además, mientras que dicha novela la leí en ebook, ésta que os traigo hoy la he podido disfrutar físicamente.
Ya las primeras líneas, que quise atisbar antes de pretender leerlo, me dejaron con ganas de empezarlo de inmediato. Y es que se trata de una novela muy finita, de apenas 173 páginas, pero con un contenido muy destacable. El inicio capturó mi atención enseguida: ¡construye teorías sobre universos valiéndose tan solo de puntitos y de líneas! A mí, no sé por qué, me maravilló la sencillez y el contenido de esa pequeña introducción. Pero ocurrió algo gracioso. Llegué al final y leí que en realidad era un fragmento del "Diario de Francisco Lorente" y me decepcioné. Ya estaba encumbrando a Pablo por ese magnífico comienzo, y a ese tal Francisco no lo conocía. Después me enteré de que era un personaje de la novela, y Pablo volvió felizmente a subir puestos (aunque, a aquellas alturas, ya casi no lo necesitaba).
Conocemos a continuación a Fulgencio, el protagonista y auténtico narrador. Él nos cuenta todo lo que le sucede; a veces parece que recurre a nosotros para desahogarse, o para no sentirse tan solo, pero desgraciadamente somos incapaces de ayudarle en eso. Él tenía una casa, a Susana y a su perro Babi. Empezamos acompañándolo mientras empuja el carro de la compra (que se desvía siempre hacia el mismo lado) y vamos presenciando, compartiendo su incredulidad, cómo lo que hasta entonces era su vida se transforma en la vida de otro. Él queda en el aire, sin nadie, sin nada, como una pluma que se balancea hasta que encuentra un lugar en el que posarse. Ese lugar es un banco, o un Hogar del vagabundo. Ese lugar, sobre todo, es Nanas.
Nanas es una vagabunda. Una más (aunque puede que él no piense eso) del grupo de vagabundos con el que Fulgen (así es como le conocen ahora) empieza a codearse en su nueva vida. Pero él no puede dejar de pensar que esa no es su vida. Sigue intentando encontrar un hilo que le permita volver a la anterior. Su suegra. Sus compañeros de oficina. A medida que pasa el tiempo, ya no sabe qué prefiere. Empieza a descubrir cosas. Y conoce al Francisco del que os hablaba, que le explica sus teorías sobre los puntitos y las líneas que se cruzan.
Y entre todo el lío, por si fuera poco, hay un asesinato y una misteriosa maleta.
Los que me conocen saben que me gusta mucho usar la palabra "creo", pero la voy a dejar de lado para asegurar que, sin lugar a dudas, Pablo de Aguilar ha encontrado un estilo literario propio. Lo digo después de haber leído sus únicas dos obras publicadas. Lo digo, ya de paso, deseando que haya más y que no pierdan esa personalidad propia. Creo (ahora sí) que, suponiendo que siguiese desarrollando ese mismo estilo, podría reconocerse sin dificultad entre varias novelas cuál ha sido escrita por él. Pero lo bueno que tiene desarrollar un estilo propio es cuando ese estilo es además agradable al lector. Como es lógico, al principio cuesta acostumbrarse: es algo nuevo, una combinación de palabras y de signos de puntuación que nunca antes has experimentado. En esta forma de narrar en particular llaman la atención las frases cortas, los muchos puntos y a parte, y la forma tan coloquial con la que el personaje narrador se dirige a nosotros. Pero es extraño y difícil de explicar porque, pese a parecer coloquial, al mismo tiempo resulta muy literario.
No hay descripciones detalladas, conocemos a los personajes a medida que avanza la historia y los mismos desprenden algo, llamémoslo ternura, o magia... No sé, pero me ha ocurrido con Fulgen, sobre todo con Nanas, y ya sentí lo mismo con los personajes de Los pelícanos. Así que ahí tiene que haber algo. Es capaz de hacer todo eso a base de frases cortas, de pequeños trazos, como un cuadro impresionista lleno de puntitos (otra vez los puntitos) que son los que conforman la imagen global.
Conocemos a continuación a Fulgencio, el protagonista y auténtico narrador. Él nos cuenta todo lo que le sucede; a veces parece que recurre a nosotros para desahogarse, o para no sentirse tan solo, pero desgraciadamente somos incapaces de ayudarle en eso. Él tenía una casa, a Susana y a su perro Babi. Empezamos acompañándolo mientras empuja el carro de la compra (que se desvía siempre hacia el mismo lado) y vamos presenciando, compartiendo su incredulidad, cómo lo que hasta entonces era su vida se transforma en la vida de otro. Él queda en el aire, sin nadie, sin nada, como una pluma que se balancea hasta que encuentra un lugar en el que posarse. Ese lugar es un banco, o un Hogar del vagabundo. Ese lugar, sobre todo, es Nanas.
Nanas es una vagabunda. Una más (aunque puede que él no piense eso) del grupo de vagabundos con el que Fulgen (así es como le conocen ahora) empieza a codearse en su nueva vida. Pero él no puede dejar de pensar que esa no es su vida. Sigue intentando encontrar un hilo que le permita volver a la anterior. Su suegra. Sus compañeros de oficina. A medida que pasa el tiempo, ya no sabe qué prefiere. Empieza a descubrir cosas. Y conoce al Francisco del que os hablaba, que le explica sus teorías sobre los puntitos y las líneas que se cruzan.
Y entre todo el lío, por si fuera poco, hay un asesinato y una misteriosa maleta.
Los que me conocen saben que me gusta mucho usar la palabra "creo", pero la voy a dejar de lado para asegurar que, sin lugar a dudas, Pablo de Aguilar ha encontrado un estilo literario propio. Lo digo después de haber leído sus únicas dos obras publicadas. Lo digo, ya de paso, deseando que haya más y que no pierdan esa personalidad propia. Creo (ahora sí) que, suponiendo que siguiese desarrollando ese mismo estilo, podría reconocerse sin dificultad entre varias novelas cuál ha sido escrita por él. Pero lo bueno que tiene desarrollar un estilo propio es cuando ese estilo es además agradable al lector. Como es lógico, al principio cuesta acostumbrarse: es algo nuevo, una combinación de palabras y de signos de puntuación que nunca antes has experimentado. En esta forma de narrar en particular llaman la atención las frases cortas, los muchos puntos y a parte, y la forma tan coloquial con la que el personaje narrador se dirige a nosotros. Pero es extraño y difícil de explicar porque, pese a parecer coloquial, al mismo tiempo resulta muy literario.
No hay descripciones detalladas, conocemos a los personajes a medida que avanza la historia y los mismos desprenden algo, llamémoslo ternura, o magia... No sé, pero me ha ocurrido con Fulgen, sobre todo con Nanas, y ya sentí lo mismo con los personajes de Los pelícanos. Así que ahí tiene que haber algo. Es capaz de hacer todo eso a base de frases cortas, de pequeños trazos, como un cuadro impresionista lleno de puntitos (otra vez los puntitos) que son los que conforman la imagen global.
No dejo de preguntarme qué hubiera sucedido de haberlo terminado en otras circunstancias. Pero las circunstancias fueron las que fueron, y entre el sentimiento que aportó el autor y el sentimiento que tenía yo dentro en ese momento, el final fue apoteósico. De modo que la experiencia de esta lectura no ha podido ser mejor: Intersecciones se me ha quedado grabado dentro.
Vaya, pues me ha quedado entusiasta, al final. Por cierto, la única pega que le pongo es que en una ocasión me dio la impresión de que la historia se estancaba un poco. Ah, y una mísera errata. Os la recomiendo, por supuesto, pero no esperéis una novela al uso. Esta es distinta. Maravillosa pero distinta. Y, si os animáis, olvidad esta reseña (ojo: la reseña, ¡no el libro!); mirad el "rayo para olvidar". Mejor empezar con las expectativas a cero y que vayan subiendo exponencialmente...
Vaya, pues me ha quedado entusiasta, al final. Por cierto, la única pega que le pongo es que en una ocasión me dio la impresión de que la historia se estancaba un poco. Ah, y una mísera errata. Os la recomiendo, por supuesto, pero no esperéis una novela al uso. Esta es distinta. Maravillosa pero distinta. Y, si os animáis, olvidad esta reseña (ojo: la reseña, ¡no el libro!); mirad el "rayo para olvidar". Mejor empezar con las expectativas a cero y que vayan subiendo exponencialmente...
No la conocía pero me ha llamado mucho la atención.
ResponderEliminarYa voy a tenerla en cuenta, ya...
Un beso!
No conocía este libro y la verdad es que parece muy interesante. Me ha encantado el diálogo inicial con el que abrías la entrada, aunque me estaba metiendo tanto en la explicación, que no me esperaba su final jaja. La trama, al explorar un mundo sobre el que no había leído aún nada, lo hace muy apetecible.
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog, te seguimos. También te animo a pasarte por el nuestro, si quieres. Muchas gracias :)
Un abrazo,
Nimue
Ah, esos libros que nos dejan huella desenfrenada que nunca se desvanece... qué maravilla es leer ;o)
ResponderEliminarY qué misteriosa que eres, blog en secreto, jejeje, y quién es esa autora amiga tuya, eh? XD
Besotes intrigados.
la novela tiene toooodo lo necesario para gustarme. Misterios y asesinatos jojo, de mis favoritos (dirás que qué loca, pero ques una buena novela sin eso!)
ResponderEliminarMuchas gracias por recomendar! por cierto, el título de tu blog es genial
saludos!
@E.C. BelmontMuchas gracias, y bienvenida por aquí^^. Me alegro de que te haya gustado la novela, creo que será una de las lecturas de este año que recordaré con más cariño. Eso sí, te aviso que no te esperes un thriller de asesinatos y misterio, porque es cortita y se centra más en el dilema del personaje protagonista ;) Un beso!
ResponderEliminarBueno.
ResponderEliminarYa sabes que me gusta muchísimo como escribe Pablo, tiene un toque especial que hace que sus libros me resulten... especiales.
Leí los dos prácticamente al tiempo y de hecho no pude evitar preguntarle a Pablo cual sería la intersección de Hércules.
Al final... espero que no haya dos sin tres
Besos
Al leer la sinopsis, la verdad no me atraía mucho, este asunto ya se ha tratado con anterioridad, pero a medida que iba leyndo tu reseña me has ido convenciendo. No conozco al autor pero esta novela me interesa.
ResponderEliminarBesos,