jueves, 23 de julio de 2009

Haikus, mayúscula y punto


"las hojas secas
son como el testamento
de los castaños"

"hay pocas cosas

tan ensordecedoras

como el silencio"

"no sé si vengo
tampoco sé si voy
ando al garete"

"con la tristeza

se puede llegar lejos

si uno va solo"




...

Sin puntos ni mayúsculas. Así me los encontré yo en el libro de Mario Benedetti, Rincón de Haikus, hace escasas horas. No creo que sea una norma de los haikus ser escritos de ese modo, pero en mi opinión eso los hace más sencillos, más desnudos y libres de ataduras de todo tipo. Parece como que uno los lee y se le escapa la mente más fácilmente. ¿No es cierto? Me acabo de dar cuenta de algo... A veces la mayúscula inicial y el punto final forman como una cárcel que encierra las frases. Esa letra tal alta que vigila la puerta de entrada y ese mosquito que defiende la de salida crean en el lector un fenómeno extraño que parece que hace más difícil volar a la mente. Llegamos al punto y normalmente luego hay, a continuacón, otra gigantesca letra mayúscula que sortear y otra frase "encerrada". Vamos saltando de frase en frase y muchas veces nos quedamos ahí, dentro de cada una. Evidentemente no todos lo hacen. Pero a muchos no nos es fácil hacer volar la mente. Por eso he quedado sorprendida al descubrir la existencia de los haikus, en particular de los de ese libro, que están desnudos.

Se puede entrar al primer verso tranquilamente, como si uno fuera caminando y nadie le mirara e intimidara desde su mayúscula atalaya.
Luego se puede caer suavemente al segundo y tercer verso, sucesivamente. Ni siquiera hay comas que nos hagan tropezar en el camino, por lo que el tránsito por las palabras se asemeja a un navegar suave.
Y cuando se llega al final del último verso... ¡libertad!, ¡vuelo libre! La mente del lector se desliza por el borde de la última letra y queda flotando en el remanso de la idea sembrada por el haiku. Como cuado un río llega al mar. Y ahí uno puede quedarse disfrutando del vaivén de las olas de pensamiento, sin tener que verse forzado a saltar a una nueva frase fortificada.
Y todo esto lo dice una bastante estricta defensora de las normas ortográficas, no vayáis a creer...
Lo que sí debe ser una norma en todo haiku es el 5-7-5 como número de sílabas en cada uno de sus versos. Si os interesa saber más acerca de este tipo de creaciones literarias, podéis leer el libro que os he mencionado, donde hay una breve introducción que habla de ellas un poquito más en profundidad. ¿Para qué reescribir lo ya escrito? Además, he encontrado esta página.
Que lo disfrutéis y lo descubráis aquellos que no lo habéis hecho ya. ¿Quién se anima a escribir uno? Es un reto...

3 comentarios:

  1. Siii yo conocia los libros de Mario Benedetti, me encantan los Haikus, pero leerlos, porque escribirlos es otro cantar jajajaj
    Lástima que el escritor (y poeta) mueriera hace un par de meses, me en tristeció mucho
    Y me ha gustado muchisimo tu reflexion sobre la mayúcula y el punto ^^
    Un saludo

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  2. Me gusta, tanto los haikus como tu reflexión sobre ellos.

    Gracias por pasarte por mi blog, y Bleach es el nombre de una serie manga :)

    Adiós.

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